Ilustraciones: In the Footsteps of Marcellin Champagnat

Misión Educativa Marista

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Ilustraciones – Mauricio Negro, São Paulo – Brasil

Portada

En la portada del libro sentí la necesidad de crear, a mi manera, un retrato de Marcelino Champagnat. Como artista me interesa más escrutar lo que a veces esconden las apariencias. A pesar de cierta verosimilitud, les pido que lo consideren más por su espíritu, expresividad, mirada y subjetividad. Asocié su persona a la obra. La miniatura de la primera configuración de la sede de Notre-Dame de l’Hermitage necesitaba aparecer en primer plano, como un presagio de la materialización de su intuición. El retrato lo caracteriza como san Marcelino Champagnat, fundador de la obra marista y apóstol de la juventud. (Mauricio Negro)

Capítulo 1

La imagen de un pez tiene su origen en el acrónimo Ichthus, que en griego significa Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. Los tres peces entrelazados representan el misterio de la Santísima Trinidad. Hice mi versión para representar tanto lo sagrado como la eternidad y la unidad, a partir de la diversidad, representada por el espectro de colores que irradian.

Capítulo 2

Los dos primeros capítulos abordan los primeros años de Marcelino, a partir de sus vivencias, de su sensibilidad, de las costumbres de la vida rural, del amparo y el contexto familiar, de la carencia educativa de los jóvenes y de su decepción inicial con la escuela. Es decir, contempla todo aquello que, desde muy temprana edad, lo tocó y conmovió, hasta ser capaz de formar su propia regla de oro para la educación. Mi ilustración buscó evocar ese despertar, celebrar su inspiración y entrega a este compromiso de su vida y obra.

Capítulo 3

Mi mirada aquí alude a la representación de los niños como si fueran uvas heterogéneas, que sugieren una gran diversidad de colores, aromas y sabores. La elección del racimo de uvas no fue aleatoria, porque refleja la esencia de la visión de la educación marista y, al mismo tiempo, hace referencia al vino, sangre de Cristo, al cuidado de la tierra, a los derechos de todos los niños, a la solidaridad y otros valores de nuestra casa común.

Capítulo 4

Pensé que esta imagen podría relacionarse bien con el enfoque del respectivo capítulo, que aborda el desafío de difundir la buena nueva del evangelio, tratando de dar a conocer mejor el mensaje y a Jesús. La corona de espinas es una representación significativa del sacrificio de Jesús. Sin embargo, me atreví a tomarme una licencia poética para reelaborar la simbología original. En esta ilustración, hay tonos más opacos y bordes imperfectos en el fondo, un escenario del mundo. En primer plano, la corona de espinas, que, en lugar de secarse, verdea y muestra capullos inesperados. Y la rosa carmesí, en el centro, florece como un corazón, lleno de amor, de esperanza y de vida palpitante.

Capítulo 5

Anhelé encontrar una representación inspiradora de María. Deseé, desde el principio, que estuviese relacionado con la maternidad, de la forma más pura y natural posible. Finalmente, encontré un modo botánico de relacionar madre e hijo, María y su niño Jesús. Por lo general, los tulipanes suelen simbolizar el amor perfecto, verdadero y eterno. Son los tulipanes, las primeras flores que florecen en primavera, y anuncian el renacimiento. En sus tonos rosados, el tulipán todavía evoca felicidad y confianza. ¡Ahora era posible ilustrar los principios fundamentales de la educación marista! Más aún, porque muchas otras especies de flores rodean al tulipán en el jardín.

Capítulo 6

Para este capítulo fue necesario encontrar una manera de representar los desenvolvimientos de la regla de oro: las obras educativas, las escuelas propiamente, las obras sociales, las instituciones de educación superior y todos los demás territorios y ámbitos donde se aplican los cuatro pilares de la educación marista. Una vez más, el mensaje está metafóricamente incrustado en el jardín. Las flores amarillas se entrelazan. Parecen compartir el mismo tallo, la misma savia, los mismos polinizadores y, ciertamente, las mismas raíces. Todas las flores grandes amarillas buscan el mismo sol. Una segunda mirada, más atenta, revelará, supongo, siluetas humanas disfrazadas de pétalos, que participan en un círculo de intercambios, experiencias, conversaciones y buen compartir.