8 de diciembre de 2008 ARGELIA

Información sobre nuestros mártires de Argelia

Acabo de regresar de una estancia de diez días en Argelia, donde fui acogido por la comunidad de la Casa Diocesana. Me han ofrecido una bienvenida muy cordial y me han facilitado el trabajo. Dicha casa es también el lugar de encuentro de varias comunidades cuando hay misas. Comunidades pequeñas, pero fuertemente unidas entre sí.

He estado en Argelia desde el 20 al 29 de noviembre de 2008. El objetivo era ver en qué punto se encuentra el tribunal diocesano que se ocupa de nuestros 19 mártires, y si el formulario preparado por la Congregación para las causas de los santos había sido respetado.

Las personas del tribunal diocesano merecen toda nuestra gratitud por la cantidad y la calidad del trabajo realizado. Hay tres personas fijas en ese tribunal: el P. Dominique Motte, juez delegado; el P. Jean Pierre Henri, promotor de justicia, y la hermana Françoise Dillies, notario. También han sido algunas veces miembros: Mons. Tessier, como juez, el P. Miguel Larburu y el P. René You. El notario no cambia, pero han sido varios los secretarios que ordinariamente tomaban los testimonios.

Ese tribunal ha recogido, hasta el presente, el testimonio de 110 personas, que han sido escuchadas en Argelia, Francia, España y Roma. Quedan todavía unas treinta.

Lo más importante del trabajo ya no le toca al tribunal diocesano, sino a los censores teológicos que deben leer los escritos de los mártires. Eso les permitirá delinear su retrato espiritual. Junto con ese trabajo, hay también el de los historiadores que deben buscar los escritos y los documentos personales de los mártires, para decidir sobre su autenticidad y reproducir su retrato humano.

En el grupo de los mártires, todos no tienen el mismo número de testigos. El obispo Pierre Claverie es quien tiene el mayor número, 27; le sigue el grupo de monjes trapistas, 20; los otros tienen un número inferior, alrededor de unos 10. Pero las entrevistas continúan.

Udes. sabrán que la diócesis de Argel tiene un nuevo arzobispo: Mons. Ghaleb Bader, que viene de Jordania. Me ha concedido una entrevista de una hora y ha confirmado que la causa continuará, y que las personas encargadas permanecerán en su puesto.

El conjunto de los testimonios pone de manifiesto la personalidad espiritual de los mártires. El hecho del martirio, da la impresión de estar ampliamente demostrado. En el martirio formal, las disposiciones personales de cada mártir, la aceptación de vivir en situaciones difíciles donde la vida está en juego, la fidelidad a su misión y el amor al pueblo argelino y su cultura, son bien evidentes. En el martirio formal, el punto débil consiste en demostrar quiénes fueron los asesinos y cuáles eran sus motivaciones. En algunos casos, las motivaciones son explícitas, pero en otros, son imposibles de encontrar.

La lectura de los testimonios produce, a veces, una emoción fuerte, especialmente cuando hablan de la pasión común que los mártires han vivido con el pueblo argelino, que también ha tenido que lamentar muchas víctimas, algunas de una gran estatura moral. Esta pasión común revela un amor recíproco muy fuerte y, a menudo, recíprocamente manifestado.

Esta información será seguida mañana por una reflexión sobre la causa en sí.

Esta mañana, el salmo de la Misa dice: ?¡Maranatha, ven, Señor Jesús!?.

Deseo a todos un buen camino con María hacia la Navidad, de manera que el Cristo que llevamos en nuestro corazón, a veces envejecido por la rutina, vaya hacia esa novedad absoluta que es el nacimiento.

H. Giovanni Maria Bigotto

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