Into the Deep: Adorar
El 28 de julio, el tema propuesto por la Comisión Preparatoria del Encuentro Internacional de Jóvenes Maristas fue “ADORAR”. La animación corrió a cargo de las Hermanas Maristas. “Hoy vamos a profundizar un poco más. Vamos a Adorar”, dijo la Hna. Sylvette Mané, superiora general, durante su motivación.
La jornada comenzó con la misa. Después, todos se reunieron en el espacio de encuentro y las Hermanas Maristas comenzaron la animación. Fue un día de muchas actividades destinadas a motivar a profundizar la vida de fe, la confianza en Dios a través del ejemplo de María. La Hermana Sylvette hizo hincapié en este punto en su presentación a los jóvenes. Repasó la vida de María e invitó a los participantes a apuntar a la “habitación superior” donde los discípulos y Nuestra Señora recibieron el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Como María, los jóvenes fueron invitados a vivir una vida sencilla, ordinaria, generosa, confiada y humilde. María se dejó transformar por Dios y ésta es la actitud fundamental para los que quieren abrazar la vida cristiana en profundidad.
A continuación, la hermana Regina de Oliveira, de Brasil, propuso una reflexión que mostraba lo que es adorar. Destacó dos elementos clave que identifican esta actitud en el cristiano: la presencia del Espíritu Santo y la acción de gracias, que es la Eucaristía. Hizo hincapié en el apelativo mariano “Stella Maris” y pidió a todos que reflexionaran sobre la estrella que guía sus vidas.
Esta fue la motivación que llevó a los 22 grupos a trabajar en la identificación de características marianas que puedan ser consideradas como estrellas guía para sus propias vidas.
Por la tarde, los jóvenes vivieron una experiencia espiritual muy intensa. La Hermana Silvia Sanz de Diego, Consejera General, que fue también una de las organizadoras del encuentro, reflexionó sobre el Magnificat y propuso que cada uno imaginara el suyo propio. A través de la reflexión individual y grupal, se presentó en el plenario una presentación artística que sintetizaba la reflexión que cada grupo había realizado.
Para terminar la tarde, las hermanas propusieron un largo periodo de adoración, seguido de la bendición del Santísimo Sacramento.
Después de la cena, se invitó a todo el grupo a meditar sobre lo vivido durante el día, en un momento de contemplación en la playa de Carcavelos.