19 de noviembre de 2007 CHILE

IX encuentro de auxiliares maristas del sector Chile

Aquí estamos, Señor, los Auxiliares maristas de Chile.
?Hoy, sábado 10 de noviembre hemos dejado nuestra casa, nuestras cotidianas y sencillas actividades, y hemos viajado al Colegio Champagnat en Villa Alemana, para reunirnos como familia en este espacio marista. Queremos celebrar la presencia de Jesucristo en nuestros corazones, el corazón sin fronteras de Marcelino y agradecer nuestra presencia con los maristas?
Con estas palabras de motivación para la Eucaristía que celebró el Arzobispo auxiliar de la Diócesis de Valparaíso, Monseñor Santiago Silva, ex alumno del colegio anfitrión, quiero iniciar la sencilla crónica de un día soleado, luminoso, fraterno, y alegre, en el que más de 135 maristas nos reunimos para compartir la vida, el camino, las ilusiones y la alegría de ser parte de esta gran familia religiosa.
Un día con momentos para escuchar las llamadas más fuertes de Mendes. Para tomar el pulso a nuestro corazón, iluminados por el corazón de San Marcelino. Para jugar, bailar, y recibir muchos afectos como regalo. Para motivarnos, reconocernos hijos e hijas de María, y animarnos como Ella a entregarnos a Dios, a los hombres y a la esperanza.

Algunas situaciones que nos alegran de un modo especial
Estos encuentros son fruto de la alegría que suscitó entre nosotros la canonización de San Marcelino. Es hermoso volver a celebrarlos, unidos en el corazón y la misión que nos legó nuestro Fundador.
Hemos contado con la presencia de la casi totalidad de personas que conforman el estamento de auxiliares, tan importante para el buen funcionamiento de nuestros establecimientos.
Ha sido particularmente gozoso haber tenido entre nosotros a una parte del personal de servicio del recién inaugurado colegio Nuestra Señora de Andacollo, que es una opción por los más necesitados en nuestra Provincia. También se ha incorporado a nuestra familia una nueva presencia educativa, procedente del recién inaugurado colegio ?Hermano Fernando?, de Alto Hospicio, Iquique.
Al concluir estas líneas le pedimos al Señor fuerzas para responder positivamente a sus llamadas, que nos invitan a: hacer de la Iglesia, de nuestra casa y de nuestros colegios lugares de amor y paz… ayudar con sencillez a quien lo necesita… escuchar a quienes están tristes, de un modo especial en los niños y los jóvenes con los que convivimos… a ser fieles a la misión que nos dejó San Marcelino, el dar a conocer a Jesús y hacerlo amar? pedir por las vocaciones de laicos y religiosos maristas comprometidos por el Reino.
Agradecemos la oportunidad de reunirnos que nos brindan los superiores del sector y los directivos de nuestros colegios. Sabemos que hay que seguir caminando, acompañando, formando, comprendiendo, esperando, alentando, tomando conciencia, pero sobre todo entregándonos confiados a la misión, convencidos de que el Espíritu del Señor está de nuestro lado, y que María, nuestra Buena Madre, y San Marcelino son nuestros compañeros de camino y nos animan.

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