Ser religiosos hermanos en Sri-Lanka
Unos treinta y cinco religiosos hermanos procedentes de toda la isla, representando a seis congregaciones, se reunieron en la casa de retiro de Tewatte, Ragama, el sábado 13 de octubre, con el fin de tener una encuentro de dos días en torno al tema Ser religiosos hermanos en Sri Lanka.
El H. Joseph Peiris, fms, secretario ejecutivo, dio la bienvenida a los participantes y expuso los objetivos de la asamblea.
Tras unas palabras dirigidas por el P. Anton Malaviarchchi, CsSR, para enmarcar el encuentro, se dio comienzo a la reflexión sobre las cuestiones que estaban en la agenda.
Por la tarde, los asistentes se dividieron en tres grupos y el H. Henry Dissanayake, Provincial de La Salle dio las directrices para orientar la reflexión y el debate. A continuación se trabajaron los tres informes elaborados por las comisiones preparatorias, referentes a la pastoral vocacional, las misiones y la formación.
Al final del día, se pusieron en común las conclusiones del tiempo de reflexión por grupos.
Nuestras realidades, desafíos y esperanzas
El rato de adoración que se tuvo al atardecer, dio ocasión a los hermanos a profundizar personalmente en lo que habían compartido durante el día, encomendándolo al Señor presente en el sacramento.
El domingo se volvió a trabajar nuevamente en grupos. Finalmente, se volvió al plenario y se consensuaron las líneas del documento que recoge las conclusiones del encuentro.
Ese día recibimos la visita de dos hermanos de la congregación de los Misioneros de San Francisco, de India. Las palabras que nos dirigieron fueron verdaderamente proféticas y muy oportunas para el tema que nos ocupaba en esta convivencia.
En la parte final hubo un tiempo para compartir las impresiones personales. Y seguidamente, el H. Sunanda, provincial de los Hermanos Maristas, y la Hna. Inmaculate Joseph, presidenta de los superiores mayores, pronunciaron unas palabras ante los asistentes.
A continuación se tuvo la Eucaristía, oficiada por el arzobispo emérito, y durante ella se celebró el envío de los hermanos. El encuentro se terminó con un ágape familiar, tras del cual los participantes, con ánimo alegre, partieron hacia sus respectivos lugares.
H. Joseph