23 de enero de 2017 SRI LANKA

Lavalla200>

El hermano Réal Sauvageau (Canadá), formó parte del primer grupo que acudió al Proyecto Lavalla200> y que fue enviado en misión en el pasado mes de junio. De este primer grupo de misioneros, cinco fueron enviados a Asia. El hermano Réal vive en el noviciado internacional de Tudella, Sri Lanka. En el texto que sigue, describe lo que significa para esta comunidad la participación en el Proyecto Lavalla200>.

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Tras mi periodo de formación en Italia y Francia, en mayo y junio de 2016, fui enviado al noviciado internacional de Sri Lanka. Después de tres meses de estancia aquí, puedo decir que, en muchos aspectos es, probablemente, el mejor lugar para vivir concretamente el sueño de un nuevo comienzo. Ese fue el tema de nuestro primer grupo del Proyecto Lavalla200>, cuando redactamos nuestra “llamada”, al final de nuestra experiencia, expresando lo que el Espíritu nos decía en ese momento. Describo, a continuación, algunos elementos de esta “llamada” que estamos intentando vivir en el noviciado.

“Vamos más allá del sueño de un nuevo comienzo, como lo hicimos en el Instituto en los últimos años en momentos de Capítulos generales y de Asambleas. El amanecer tomó su tiempo para llegar, pero ahora tenemos la luz del día: el momento de la toma de decisiones”.

Durante el curso sobre las Constituciones, los novicios del primer año, presentaron sus sueños sobre el futuro de la vida marista en Asia. Me gustaría compartir algunos de estos elementos:

Tenemos un sueño:

  • construir la comunidad con amor y calor;
  • continuar la misión entre los niños pobres y los jóvenes mediante la educación, en los centros de refugiados, los orfanatos, los centros sociales de juventud, el acompañamiento;
  • desarrollar la cooperación y la formación inter-congregacional;
  • profundizar en el diálogo interreligioso;
  • ser un rostro mariano de la iglesia.

“Creemos que el Espíritu nos llama a abrazar una nueva forma de compartir la vida en comunidad: la internacionalidad, la interculturalidad… Nuestras relaciones están en el corazón de nuestra misión y en el corazón de un nuevo comienzo para los Maristas”.

Formamos una numerosa comunidad internacional e intercultural compuesta por miembros procedentes de Bangladesh, CN, Vietnam, Vanuatu, las Islas Salomón, Sri Lanka, Australia, Canadá. Cuidamos nuestras relaciones y, con confianza y valor nos comunicamos entre todos, cada dos semanas, (en grupos de acompañamiento) lo positivo que vemos en cada uno y lo que puede mejorarse. Es un buen momento para manifestar la verdad que nos hace libres. A veces, tenemos talleres internos y, en estos momentos, nos estamos preparando para nuestro próximo taller de dos días sobre temas interculturales de la vida comunitaria.

“Hacemos la experiencia del Espíritu de Dios en nosotros, en nuestras relaciones mutuas, en la vida y en la creación. Hacemos contemplación. Cultivamos el silencio. Meditamos la Palabra de Dios. Nuestra espiritualidad abarca todos los momentos de nuestras vidas: nuestro amor, nuestro entusiasmo, nuestras esperanzas y nuestros temores, nuestros éxitos y nuestros fracasos”.

Al estar en un noviciado, este aspecto es particularmente evidente en muchos aspectos, por ejemplo en la animación de nuestra vida de oración diaria y en jornadas especiales de reflexión. Incluso nuestros fracasos se convierten en un trampolín para caminar con paso firme hacia adelante.

“… Es una Anunciación para nosotros y para todos los maristas: no tengas miedo. Nada es imposible para Dios”.

Y aquí estamos, aunque para nuestros novicios no esté claro, ni sea fácil imaginar dónde les convocará Dios para su futura misión.

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