Carta a Marcelino

P. Jean-Claude Colin

1835-04-23

En el inicio de 1835, D. Alexandre Raymond Devie, obispo de Belley, había sondeado ante el P.Colin la posibilidad de contar con dos Hermanos Maristas para la atención de la sacristía de la Catedral. Al P.Colin la proposición no le desagradaba, pues sus ?Hermanos Coadjutores? debían estar al servicio de los sacerdotes; pero para el P.Champagnat el pedido era inaceptable. En esta carta el P.Colin informa que el asunto tuvo otro final, con la contratación de dos Hermanos de la Congregación de la Sagrada Familia. Por las expresiones que emplea, hablando de aceptación de la voluntad de Dios, se puede intuir que su deseo era de que los escogidos hubiesen sido sus ?Hermanos Coadjutores?, o los Hermanos Maristas. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Belley, a 23 de abril de 1835.

Mi querido Cohermano:

[1] He esperado mucho tiempo para escribirle. No he querido precipitarme, y ver el resultado de la decisión de Monseñor por su Catedral. El asunto se ha arreglado. Dos Hermanos deben hacerse cargo de la sacristía el 1o de Mayo. Deseo que todo sea para gloria de Dios y esplendor de su Culto. En cuanto a nosotros, lo esencial es despojarnos de nosotros mismos, y evitar con prudencia, todo lo que pudiera debilitar el espíritu de unión, tan necesario en una empresa como ésta, en la que trabajamos. Si el interés particular se introduce en nuestras diligencias, en nuestras relaciones mutuas, pronto veremos que el Espíritu de Dios nos abandona y entonces, ¿qué de bueno podríamos hacer? Debemos hacer cualquier sacrificio, para prevenir tal desgracia. Recordémonos que no trabajamos para nosotros, sino para Dios. Un único sentimiento debemos tener: contamos con la ayuda de Dios. Y temamos ser, obstáculos a los planes de Dios sobre nosotros. Pida esta gracia para mí. Pidámosla los unos para los otros, y estrechemos los lazos de caridad y de unión, que deben existir entre los miembros de la naciente Sociedad.

[2] Ud. podría devolvernos al Hno. Eugenio, que prestaría sus servicios en el Seminario. En su lugar, le remitiría al Hno. Andrés que pareciera estar un poco mejor. También le enviaría al Hno. María para tomar el Santo Hábito. Todo esto si a Ud. le place y lo encuentra conveniente. También puede enviarme la cuenta de gastos hechos por el Hno. Eugenio que Ud. contabilizará. Los gastos del Hno. Anthelme Millot correrán por cuenta de su familia.

[3] En cuanto a las Hermanas de San Antonio no tengo mucho que contarle. Tal vez estaría bien fuera a verlas y pensar cómo establecerlas en la diócesis de Grenoble. ¡Mucho mejor si se radicaran en la diócesis le Lyon! ¡Que la Divina Voluntad se cumpla en todo!

[4] Estoy muy contento con el Hno. Timoteo. Mis cohermanos le envían respetuosos saludos, así como al señor Terraillon. Le expreso mi más sincero y cordial afecto. Su humilde y seguro servidor,

COLIN.

[5] Le escribiré a mi hermano para que se venga a pasar unos días aquí en Belley. Si le es posible venir, el H.Eugenio podría acompañarlo.

Edición: CEPAM

fonte: OM 336

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