Carta de Marcelino – 017

Marcellin Champagnat

1830-09-10

Esta carta, lo mismo que la anterior, es una circular. Teniendo que reproducir todas las circulares a mano, nada más sencillo que personalizarlas para el destinatario, añadiendo al final algunas palabras adecuadas.
Como consecuencia de la carta precedente y en contra de lo acostumbrado, se precisa que para las vacaciones y el retiro se quedarán en sus comunidades. El clima social y político no era favorable en aquellos momentos para reuniones religiosas, menos aún para viajes y sobre todo con sotana. Entre los Padres se habían suprimido «los retiros pastorales de Lyon y Belley» (OM I, p. 498, nota 2). Sin embargo, el Hno. Avit afirma en Abrégé des Annales (p. 100) que «los sucesos no impidieron al venerado Padre predicar el retiro a los Hermanos, lo que parece confirmar el Hno. Jean-Baptiste (BCT, p. 183), pero sin precisar si se trata del año 1830. En efecto, se puede suponer que, incluso después de haber enviado la circular, el Fundador haya cambiado de opinión, ya que los disturbios se habían calmado en el campo y que ese mismo día, 10 de septiembre de 1830, recibía una carta del Padre Colin quien pensaba reunir a todos los Padres para la elección de un superior (OM 1, Doc. 220, pp. 497-498).

¡Viva Jesús, viva María, viva San José!

Muy querido Hermano Antoine:

Las circunstancias presentes no permiten que nos reunamos este año en la casa madre para tomar juntos las vacaciones y hacer el retiro. Dios, así lo esperamos, proveerá. En consecuencia, y después de haber-se puesto de acuerdo con el Sr. Párroco , pueden tomarse quince días para hacer el retiro bajo su prudente dirección.
No anuncien vacaciones; en el momento de tomarse los quince días, podrían decirles sencillamente: ? A partir de mañana no vengan, el señor Párroco les anunciará el día en que habrán de volver?.
Nada temamos, mis queridos amigos, tenemos a Dios por defensor; nadie nos puede hacer daño si Dios no se lo permite. A pesar de la rabia del infierno conjurado contra la Iglesia, fundada sobre la piedra, nada puede hacerla temblar; nunca es más hermosa que cuando es perseguida. Abandonémonos, pues, a la sabia y amorosa guía de la Providencia. No hay novedades en la casa madre, ni en las demás casas, todo va normalmente, gracias a Dios.
Diga al hermano Dominique que le aprecio mucho y que rezo por los dos. Espero que no me olviden en sus fervorosas oraciones. Tengo el honor de ser su muy afectuoso Padre en Jesús y María.

Champagnat,
Sup. de los Hnos.

Notre-Dame de lHermitage, 10 de septiembre de 1830

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el envío autógrafo, AFM, 111.4; publicado en Circ. I, pp. 3 y 156.

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