1 de marzo de 2019 CASA GENERAL

Memoria del H. Alfano

Joseph Carlo Vaser, hermano Alfano, que murió el 1 de marzo de 1943, es un hermano marista italiano; más aún, es el primer hermano marista italiano.

Primero en el sentido cronológico del término; primero, sobre todo, en el sentido espiritual: escaló con brío las cimas de la santidad, con arrojo y determinación no inferiores a aquellos que lo vieron trepar, siendo niño, por los montes de su bella y bravía tierra natal, el Valle de Aosta.

Su vida, carente de acontecimientos llamativos, tiene el aspecto de una aventura totalmente interior. Es como una cadena de montes que sólo revela el seguirse de sus cimas y las bellezas ocultas de sus paisajes a quienes saben soportar la fatiga que supone subir a las alturas.

Entre nuestros modelos de santidad marista, el más modesto y menos conocido es seguramente el H. Alfano. No tiene el prestigio del Padre Champagnat, el fundador, ni el del H. Francisco, primer superior general. No tiene la dimensión del H. Basilio, un superior general que vivió en nuestro mundo tras el acontecimiento histórico del Vaticano II y surcó el universo marista. Alfano no tiene la gloria del martirio. Su vida se desarrolló en las casas de formación desde 1903: fue designado maestro de novicios en 1907 con 34 años y desarrolló esa labor durante 15 años, luego fue director de los escolásticos durante 16 años. Situación modesta que debería ser propicia para un religioso cuyo ideal era el ocultamiento en una familia religiosa en la que la humildad es una de las características. Por tanto no es extraño que se oiga: «El Hermano Alfano es ciertamente un santo, pero de otro tiempo, de un estilo de santidad obsoleto, ascético, basado en el respeto meticuloso a la Regla, y que rezaba con unas expresiones de oración que para nosotros han perdido el atractivo» Y es cierto.

 Eso es un aspecto de la santidad del hermano Alfano, pero que está lejos de ser el más importante. Hay en él una humanidad llena de la bondad de Dios. Habría que releer el libro Pane di casa nostra1 para convencerse de esto: muy a menudo aflora en él una humanidad hecha de gran delicadeza hacia los demás, de este amor que es la esencia de la santidad.

 La lectura de sus cartas y muchos otros testimonios nos ponen en contacto con un hermano que era sensible, inteligente, atento a los demás, con estallidos de humor, de una gratitud natural y abundante, de un sentido de la responsabilidad muy acusado; su corazón se muestra poblado de personas y de problemas, sobre todo cuando se volvía hacia el Señor y la Virgen María. El H. Alfano es un hombre totalmente impregnado de Dios, para él fuente de paz y de sabiduría, la pasión de su vida. Uno tiene a menudo la tentación de copiar su cartas, que tanto revelan el santo que era. A través de ellas emerge el otro Alfano, un místico muy humano, muy próximo, muy atento y fiel a sus amigos. La bondad de Dios, que él prefiere denominar ‘la benignidad de Dios’ irradia de su corazón, ilumina y caldea a los demás.’

______________

H. Alfano Vaser

Tan humano

Giovanni Bigotto, fms

01/2007 – PDF (2,6 MB)

English  Español  Français  Português  Italiano  

Celebraciones

Celebración – 2009
Inglés | Español | Francés | Portugués | Italiano

Celebración en honor del H. Alfano – 2004
Inglés | Español | Francés | Portugués | Italiano

Celebración en honor del H. Alfano – 2003
Inglés | Español | Francés | Portugués | Italiano

Celebración en honor del H. Alfano – 2002
Inglés | Español | Francés | Portugués | Italiano

 

 

VOLVER

Un equipo, una casa, un programa...

SIGUIENTE

Caminar juntos en este trienio...