19 de octubre de 2017 COLOMBIA

Miércoles, 18 de octubre

El día comenzó con la celebración eucarística. Luego se retomó el trabajo de votación de las Constituciones y Estatutos, a partir del Capítulo 3.

Prácticamente todo el día fue empleado en las votaciones de las constituciones, artículo por artículo, de manera electrónica. Fue un trabajo intenso y, a veces monótono, pero que corona el diálogo contemplativo hecho en los últimos días. El trabajo concluirá mañana.

También hubo un momento de pausa en las votaciones, para dialogar sobre la posible declaración capitular sobre los derechos de los niños. Este tema se reanudará mañana.

 

Superior de los Hermanos De La Salle

El H. Robert Schieler, superior de los Hermanos De La Salle, estuvo tres días en el Capítulo General de los Hermanos. Fue un gesto muy estimado por los capitulares, que se hospedan en la casa de esa congregación, con quienes los maristas de Champagnat colaboran en algunos proyectos. El miércoles, antes de partir, grabó con nosotros esa entrevista.

Me siento feliz de compartir unas cuantas palabras con ustedes mientras estoy participando en el capítulo general de los Hermanos maristas. Agradezco esta invitación, el poder estar con los Hermanos y escuchar su planificación y toma de decisiones sobre su futuro de Hermanos Maristas, de Familia Marista.Vine porque creo que mi Congregación, los Hermanos De La Salle, y ustedes, comparten muchas cosas en común. En particular, estoy agradecido por la colaboración que hemos desarrollado en nuestro apostolado educativo en favor de las necesidades de los jóvenes, los pobres, los vulnerables de nuestra sociedad.

El carisma que ustedes tienen, el carisma que tenemos, piénsenlo por un momento, nuestros fundadores, el suyo y el mío, eran hombres que tenían existencias confortables, para desempeñarse bien en la sociedad. Pero vieron las necesidades de los demás que no estaban tan bien, que sufrían y, en particular, no eran suficientemente privilegiados como para tener educación. Nuestros fundadores dejaron su zona de confort; se apartaron de su sociedad y sus privilegios e ingresaron al mundo de los pobres, los vulnerables. Y no lo hicieron solos. Reunieron en su tiempo, en Francia, un grupo de jóvenes y con ellos crearon una nueva forma de llegar a aquellos que la sociedad había marginado y les proporcionaron una educación de calidad. Eso lo que ustedes son; eso es lo que somos nosotros.

La juventud es el mayor recurso de una nación; sin embargo, muchas naciones no invierten en ese maravilloso recurso. Ustedes, la Familia Marista, y otras congregaciones religiosas como nosotros mismos, intentamos educar a la mayor cantidad de jóvenes que podemos. Porque vivimos hoy, como es sabido, en un mundo muy intolerante. Y creo que es un regalo la hermandad que tenemos. Somos testigos para el mundo, de que los hombres pueden vivir juntos, en comunidad, con propósitos mayores que ellos mismos. No estar divididos, no ser una preocupación el uno para el otro, sino construir la familia humana, nuestras comunidades. De eso se tratan nuestros carismas.

El carisma hoy en día abarca más allá del mundo de los Hermanos, más allá de lo que nuestros fundadores entrevieron al principio, para incluir, a miles y miles de laicos y laicas. Podemos hacer y estamos haciendo tanto bien. Nuestras dos familias están muy contentas con la colaboración. Ustedes saben del proyecto Fratelli en el Líbano y de nuestro gran proyecto para los refugiados de Iraq y Siria. Y tenemos otros ejemplos de nuestra colaboración. Y creo que esta comunión de carismas que compartimos traerá muchas gracias a nuestras dos familias y, sobre todo, lo más importante, para el bien de aquellos que están lejos de la salvación, de la salvación en este mundo y en el venidero.

¡Qué maravillosa experiencia ser Hermano! Y hablo a mis hermanos y a sus hermanos. Cuántas veces vamos a otra comunidad, alrededor del mundo, y estamos en una comunidad en la que nunca antes habíamos visto a estos hombres; y, sin embargo, sentimos una afinidad, una fraternidad. De eso se trata nuestro carisma. Ese es el mensaje que podemos enviar al mundo: podemos vivir en este mundo como Hermanos y hermanas; Debemos vivir como hermanos y hermanas, en este mundo. Como nos dice el Papa Francisco, es nuestro hogar común.

Nuevamente, felicitaciones en su aniversario de doscientos años de maravillosa educación para los jóvenes necesitados. Y estoy seguro, el Santo Espíritu, bendecirá con abundancia de nuevas vocaciones a los Hermanos y a la Familia Marista, será un futuro maravilloso para ustedes. Gracias y felicitaciones.

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