15 de diciembre de 2013 EL SALVADOR

Provincia América Central

Desde allende los mares, la ciudad eterna y desde la tierra del fuego, llegaron unos hombres con sonrisa contagiosa, anunciando esa nueva aurora hacia la que deseamos caminar como Instituto, como Provincia y como Maristas. En El Hermitage de El Salvador, se encontraron con nosotros, maristas convocados del país de Los lagos (Nicaragua), de las tierras del Izalco (El Salvador), del país de la eterna Primavera (Guatemala), de la Isla del Encanto (Puerto Rico) y del paraíso del Yigüirro (Costa Rica).

Bienvenidos los pies de los que llegan con anuncios de apertura a los presentes signos de vitalidad y proclaman que los miedos están muertos, que los indecisos ya no tienen ciudadanía y que los tira-carretas en la vida religiosa marista, van descubriendo que la tecla del amor y de la aventura por el Reino, son cartas descubiertas en las mangas del vestido largo de Jesús de Nazaret, que pueden ser inspiradoras y oxigenantes. En otro lenguaje, son pequeñas luces de esta nueva aurora que empieza a amanecer entre nosotros.

Con su sencillez de vida y cargadas sus mochilas de ilusión y cariño marista fueron dejando en nosotros ese maná novedoso y refrescante que sutilmente llamaron “El sueño de Dios”. En ese sueño, se nos invitó a SALIR, a vivir la novedad, a recrear el carisma de Champagnat, a la conversión del corazón, a confrontarnos con las imágenes que tenemos de Dios.

Han llegado los ecos de nuestro último Capítulo General que nos están pidiendo que salgamos de prisa. Antes de la partida, que tiene que ser inminente, es la hora de reparar las fuerzas en torno a la misma mesa de la fraternidad de La Valla, de mirar la vida con los ojos de Dios, de salir con otros en misión, e incluso de salirse del camino, de construir nueva tienda y no dejar a María en casa, sino de hacerla nuestra compañera de camino.

Hno. Javier y Raúl, estad seguros que, tanto los hermanos como los laicos y laicas presentes en el retiro de la Provincia de América Central, hemos salido muy satisfechos de lo experimentado en este oasis refrescante. En nombre de la provincia y de todos los presentes en el encuentro, muchas gracias y un abrazo. Que en esta dinámica de comunión marista que nos habéis ofrecido, la punta de lanza que es el carisma de Marcelino, nos toque a la Provincia en el corazón.

Que María de Nazaret, icono del caminar marista, silenciosa, laboriosa, creadora, aurora y discípula en misión, siga manteniendo con amor, a los laicos, laicas y hermanos, en sus brazos y en su corazón.

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H. Teódulo Hernando

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