13 de octubre de 2016 BRASIL

Proyecto LaValla200>

La comunidad de Tabatinga, en Amazonia, es una de las nuevas comunidades internacionales del Proyecto LaValla200>.
Desde la mitad de septiembre, los miembros están viviendo una nueva vida. El hermano Iñigo García, de la provincia Ibérica, narra su experiencia.
 
Caminando en este tiempo nuevo, en una tierra nueva, con unas hermanas y hermanos nuevos, entre comunidades y realidades transfronterizas: Tabatinga, Umariazú, Benjamín Constant, Atalaia del Norte, Santa Rosa de Perú, Islandia de Perú, Leticia…
 
Ser rostro mariano de la Iglesia; vivir plenamente nuestras vocaciones; crear un espacio para que her-manos y laicos compartan vida, fe y misión; encarnar un espíritu de comunión con la tierra, las culturas, las expresiones de celebración; ejercer el ministerio de la hospitalidad y del encuentro siendo presencia alegre entre los niños y jóvenes, y en sus respectivas comunidades locales, en situación de vulnerabili-dad… podríamos decir que expresa el sueño y el compromiso de las nuevas comunidades internaciona-les del proyecto LaValla200> que han iniciado su andadura durante el mes de septiembre en diversas regiones del Instituto marista: América Sur, Arco Norte, Asia, Europa y Oceanía.
Nos encontramos en Tabatinga (Amazonas), en la triple frontera de Brasil-Colombia-Perú, perte-neciente a la región marista de América Sur.
 
Nuestra comunidad está compuesta por cuatro miembros, cada uno de una nacionalidad diferen-te: Peggy Vivas de Venezuela, Verónica Rubí de Argentina, Justin Golding de Australia y éste que os escribe.
 
Tres de nosotros ya hemos comenzado a compartir la vida en la triple frontera, a la espera de Justin, que todavía está tramitando la documentación correspondiente para poder re-sidir en Brasil. (…)
 
El pasado 18 y 19 de septiembre, nos acompañaron en una sencilla celebración de acogida el hermano provincial Inácio Etges y el hermano viceprovincial Deivis Ficher de la Provincia Brasil Sul-Amazônia y el hermano provincial Alberto Aparicio de la Provincia Cruz del Sur y coordinador del Consejo regional de América Sur, expresando de este modo la proximidad y el apoyo de toda la Región en este nuevo emprendimiento donde juntos vamos haciendo el camino y celebrando la vida en misión.
 
Es un momento histórico del Instituto; se trata de “un nuevo comienzo” en el que el sueño de Marcelino late con fuerza en este bello paraje del mundo. ¡Un sueño compartido y acompañado!
 
El tiempo parece que se ralentiza y adquiere una nueva dimensión y medida: tiempo para (des)aprender y (re)situarse. El día a día, en estos primeros compases, ha estado orientado a conocer, a moverse, a abrir la puerta, a saludar y presentarse, a participar en el ritmo y encuen-tros de las diferentes comunidades locales.
 
A lo largo del mes de septiembre y octubre hemos podido participar en acciones de visibilización y sensibilización contra la trata de personas -especialmente la explotación sexual de niños y mujeres-; en la capacitación de comunidades in-dígenas en sus derechos y accesos a servicios públicos a través del Conselho Indigenista Missio-nario; en la celebración de los diferentes novenarios de las festividades de los Santos Ángeles, San Francisco de Asís y Nuestra Señora de Aparecida. ¡La fe en sus diferentes expresiones con-grega, celebra y da sentido! Cada encuentro es una oportunidad de escuchar, de reconocer la sencillez de la vida que emerge a la intemperie y a espaldas de las sociedades mayoritarias.
(…)
 
Agradecido, con corazón de madre 
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H. Iñigo García
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