Manifiesto de los hermanos mayores

14.10.2002

Un total de 21 hermanos se han reunido del 10 de agosto al 10 de octubre en Manziana (a 60 km. al norte de Roma, Italia) para participar en el curso de hermanos mayores. La media de edad ha sido 73 años. Hacia el final de su curso, han elaborado este manifiesto que, por su interés, reproducimos para nuestros lectores.

Nosotros, hermanos mayores
– provenientes de 10 países de lengua española y portuguesa,
– después de haber vivido dos meses en Manziana, Italia,
– y participado en el Curso para hermanos de la Tercera Edad,
– queremos comunicaros:

1. NUESTRAS VIVENCIAS

Este tiempo ha sido para nosotros:

· Un regalo, una gracia que Jesús, María y San Marcelino nos han ofrecido en el otoño de nuestras vidas, y por el que estamos profundamente agradecidos.

· Una fuerte vivencia fraterna en comunidad, que nos ha hecho sentir verdaderamente hermanos compartiendo vida y fe, enriqueciéndonos con culturas y experiencias distintas.

· Una experiencia intensa de formación y puesta al día sobre temas de formación humana, religiosa y marista.

· Un momento de paz y serenidad, para revisar la propia vida, mirar el pasado y sacar nuevas fuerzas de cara al futuro.

· Un tiempo personal abundante que nos ha permitido orar, reflexionar, leer, descansar.

· Un encuentro con el Papa Juan Pablo II que nos ha hecho sentirnos Iglesia y con el hermano Seán Sammon, S.G., que nos hizo vivir la comunión con todo el mundo marista.

· Un descanso para el espíritu y para el cuerpo, en un clima agradable y en un paisaje maravilloso.

· Una ocasión de conocer y disfrutar de las bellezas naturales y artísticas de Italia, y de peregrinar a lugares significativos.

2. NUESTRAS LLAMADAS Y CONVICCIONES

Al acabar este tiempo que la Provincia y el Instituto nos han ofrecido, nosotros, hermanos mayores:

· Creemos que vale la pena ser marista hoy, y que todavía podemos ser útiles en las nuevas rutas por las que el Señor y María nos van guiando

· Creemos que tenemos una gran responsabilidad de cara a nuestras comunidades y que podemos ser personas clave en el buen funcionamiento de éstas.

· Nos sentimos llamados a superar fijaciones y enfoques ya pasados de la vida religiosa, y a adaptarnos a lo que es esencial y significativo hoy en nuestra vida consagrada.

· Nos sentimos llamados a vivir una espiritualidad marista encarnada y dinámica, profunda y auténtica, que siga unificando cada vez más nuestras vidas.

· Nos sentimos llamados a continuar la misión marista hasta el final, en la medida de nuestras posibilidades, compartiendo la misión de la comunidad y abiertos a la misión compartida con los seglares.

· Nos sentimos llamados a ser testigos de esperanza en nuestras Provincias, sobre todo por el testimonio de nuestras vidas, alegres y serenas.

· Nos sentimos llamados a ser testigos de fraternidad, ofreciendo la riqueza de nuestro ser de hermanos:
– mediante relaciones cordiales y sinceras con nuestros hermanos,
– colaborando en la pastoral vocacional,
– con atención particular a los menos favorecidos.

· Nos sentimos llamados a despertar de nuestra rutina, a salir de nosotros mismos y vivir abiertos a la realidad que nos rodea: nuestro mundo, nuestros hermanos, los seglares y en particular los niños y los jóvenes.

· Nos sentimos llamados a aceptar nuestras limitaciones, a vivir con alegría los años que Dios nos conceda, sin sentirnos nunca ?jubilados?.

3. NUESTROS COMPROMISOS

A la luz de lo que hemos vivido y de las llamadas que hemos ido sintiendo, nosotros, hermanos mayores:

· Queremos ser hermanos de esperanza, apoyando los procesos de refundación, de reestructuración y afrontando los desafíos que nos presenta el mundo y la Iglesia.

· Queremos ser testigos de Jesús, por la vivencia de una espiritualidad llena de fe y confianza en el amor incondicional del Señor y en su fidelidad a lo largo de nuestras vidas.

· Queremos que nuestras vidas sean un testimonio alegre de que vale la pena entregar la vida entera como maristas, al estilo de San Marcelino Champagnat.

· Queremos ser hermanos de María,
– inspirados en su sencillez y dedicación,
– actualizando la dimensión mariana de nuestra espiritualidad,
– reflejando las actitudes de María en nuestras vidas,
– y propagando su devoción.

· Queremos ser hermanos que contribuyen a la vitalidad del Instituto, que apoyan iniciativas y que mantienen encendida la lámpara de la ilusión y el entusiasmo.

. Queremos aportar nuestra contribución a la comunidad, creando ambiente de familia, siendo acogedores y transparentes, limando asperezas, siempre animando y dando esperanza.

. Queremos ser hermanos que dedican tiempo a la oración personal y presentan ante el Señor y María la misión de la comunidad y las realidades de nuestro mundo y de la Iglesia.

. Queremos ser hermanos con sentido crítico, capaces de discernir la voz de Dios entre tantos ruidos, tendencias y teorías.

. Queremos ser hermanos que no se dan por jubilados, sino que siguen acompañando a la comunidad, la misión, las obras, los jóvenes, las fraternidades, de acuerdo con las propias posibilidades y las necesidades de la Provincia.

. Queremos ser hermanos de vida equilibrada, que cuidan su salud, que se interesan por los demás, y que aportan paz y serenidad en el entorno

Agradecemos profundamente al Instituto marista
que ha hecho posible la realización de este tiempo de formación,
y en particular a los coordinadores del curso
y a cuantas personas nos han ayudado
con sus conferencias y sus servicios.

Hermanos Antonio Aragón Martón, Aristides Zanella. Bonifacio Sagasti Fernández de Mataúco, Carlos Alberto Orduz Parada, César Cañón Cembranos, Cruz Bujanda Chasco. Dionisio Pérez de la Iglesia, Eleuterio Sánchez Díaz, Emilio Alastuey Sánchez, Erno José Christ, João Torcato, Joaquim Panini, José García García, José García Ortigosa, José Manuel Gómez Ramírez, José María Mazuelas Herrero, Jesús Ortega Prieto, Lucidio Redondo Mariscal, Luis di Giusto, Martiniano Conde Pacho y Osvin Ludwig
EQUIPO DE ANIMACIÓN
José María Ferre, Director; Amabile G. Biazus, Subdirector; y George Fontana, Ecónomo

Manziana, agosto-octubre 2002

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