8 de junio de 2005 ARGENTINA

¡Reavivemos el fuego en nuestras vidas y comunidades!

En Cruz del Sur, dentro del Plan de revitalización de Hermanos y Comunidades se están realizando encuentros de reflexión y oración compartiendo ilusiones junto a Hermanos que transitan la misma etapa de la vida.
Los días 23 y 24 de abril se realizó el correspondiente a los Hermanos mayores de 75 años en la villa San José en Luján, Argentina. Como subsidio a la tarea de reflexión y oración se contó con la colaboración del Padre Ignacio Pérez del Viso, Jesuita quien aportó al tema de ?Nuestra realidad de consagrados hoy?. La Dra. Lilián Díaz sobre el cuidado de la salud en esta etapa de la vida. Alimentación, actividad física tiempo de descanso. La Lic. Alicia Lloveras el aporte psicológico para vivir con sentido esta etapa de la vida. Posteriormente el Hno. Demetrio Espinosa, provincial, les dio un informe sobre la Provincia y el Instituto.
Los momentos de oración personal, tiempo de recreación y el intercambio de experiencias de las que hay muchas, fueron acompañadas por el rezo de las Horas, el Santo Rosario y la Eucaristía. Fueron 30 Hermanos que se reunieron para compartir y disfrutar esta etapa de su vida marista.

No hay duda que las responsabilidades siguen marcado etapas de la vida en que seguimos trabajando por el Reino aunque sintamos más fuerte el cansancio.
Los días 7 y 8 de mayo se reunieron en la casa Provincial en Buenos Aires los Hermanos cuya franja es de 65 a 75 años. En número de quince se trabajó con una dinámica parecida a la de los Hermanos mayores. Más centrada en las áreas de responsabilidad en la conducción de obras a la que muchos de ellos están abocados. Las tareas administrativas y pastorales.
Al aporte de las profesionales Díaz y Lloveras sobre nutrición y cuidados propios de esta etapa de la vida, lo relacional, la conciencia de nuestras capacidades y limitaciones; se sumó el aporte del Hno. Agustín Martínez en lo referente a la Administración Provincial y el informe del Hno. Demetrio sobre la Provincia y su acomodación al nuevo andar. No faltó el tiempo para confraternizar, orar y compartir mesa y Misa.

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