La santidad

Una de las características de la santidad es la de imponerse por sí misma; es lo que se llama precisamente la fama de santidad. Por que se pone uno a escribir, a enviar testimonios, a hablar con entusiasmo, a orar a alguien, a encomendarle nuestros problemas?

Haga Ud. la experiencia de hablar del Hermano Basilio con una persona que haya conocido un poco. Inmediatamente vienen los elogios, la admiración y recuerdos preciosos que uno guarda en el fondo del corazón. Esto no es fruto de la emoción, es la certeza de que esta persona ha desarrollado con Dios una gran amistad y se ha mostrado siempre interesada y abierta al hombre. Si estando vivo Basilio aconsejó, dio luz, animó y orientó a tantas personas que verdaderamente sentían los beneficios de su amistad, uno sabe que ahora lo puede hacer aún mejor. De la admiración nace el testimonio y del descubrimiento de su fe brota la oración. La santidad irradia y se impone pues es simplemente una más densa presencia de Dios en aquellos que son verdaderamente sus amigos.

Precisamente , la decisión del Consejo General puede ser leída en primera instancia como voluntad de dar gracias a Dios. Una acción de gracias que no será una corta oración de un momento, a partir de una intuición general y vaga de las maravillas que Dios ha hecho por medio del amigo que él se ha escogido. Esta gratitud se propone descubrir las riquezas que Dios ha depositado en el alma de Basilio para poder cantar su bondad con una conciencia y razones evidentes que permitirán a toda la Familia Marista y a todos los amigos pronunciar un GRACIAS prolongado y repetido a través de las generaciones futuras. Sin una decisión de esta clase tendríamos el peligro de pecar por olvido e ingratitud. Esta gratitud por el don de Basilio puede revelarnos también cuánto nos ama Dios todos los días y cómo nos colma de sus bondades, lo cual puede crear en nosotros el hábito de la oración de acción de gracias y de alabanza, que a decir de Basilio , es una oración de adultos.

Hay también una toma de conciencia de que un candidato a la canonización no es un bien privado. Pertenece a toda la Iglesia y todos los cristianos deberían poder beneficiarse de tal modelo. Es también un deber para sus amigos más íntimos, como somos los Hermanos en este caso, de ofrecerlo y hacerlo conocer a todos los fieles. Pensemos también en la alegría que pueden experimentar todos los latinoAméricanos y en particular la Iglesia de México. Dios no selecciona jamás a sus amigos solamente para ellos y para él; todos tienen una dimensión eclesial y todos son una gracia para el pueblo de Dios. Toda gracia dada es para todo el cuerpo místico. Cuando nosotros saludamos a María la “ llena de gracia “ debemos ser conscientes de que son gracias que se desbordan sobre nosotros. Dios no tiene amistades particulares caprichosas. Si nosotros hemos recibido a Basilio ahora debemos volverlo a la Iglesia.

En otro aspecto es también un modo de darle gracias a Basilio mismo, por todo el trabajo que él hizo entre nosotros, por haber sido un hermano de corazón generoso, verdadero, sencillo, constante. Es para nosotros una llamada de atención sobre sus cualidades humanas y su mensaje que conserva hoy todos su valor. Las circulares de Basilio no han envejecido ni en su estilo , ni en su contenido. Permanecen como un tesoro de sabiduría y de espíritu marista. Tomarlas para la lectura espiritual y para los retiros por ejemplo, no pueden menos que tonificarnos espiritualmente y ayudarnos a crecer en identidad marista. Es un alimento sólido.

La decisión del Consejo General de introducir la causa del Hermano Basilio nos lleva también a ponernos esta pregunta: Cómo está nuestra renovación marista que el Concilio nos pidió y que el Hermano Basilio predicó entre nosotros con tanta fuerza y perspicacia. Creo que una gran purificación se ha hecho en nuestra oración que ha llegado a ser más verdadera, mejor preparada, más lenta, más creativa y más cimentada en la palabra de Dios, la vida y el mundo.

Todo el esfuerzo en favor de la Espiritualidad Apostólica Marista de estos últimos años se debe mucho a la reflexión y al ejemplo de Basilio. Pero la oración que era para él como para Marcelino era el “ punto capital “, recibe en verdad todo el espacio que ella merece ? Dios nos es más intimo que para los Hermanos que vivieron antes del Vaticano II ? Era una de las metas de Basilio: conducirnos a la intimidad con Dios y sobre esta intimidad basar la calidad de nuestra vida de comunidad y nuestra audacia apostólica. Del mismo modo hizo un gran esfuerzo para suavizar el estilo de vida de comunidad y quitarle todo lo que tenía de rígido y hasta de infantil. Pero nuestra vida de comunidad a conservado su gozo y alegría ?. Ha llegado a ser una comunión de corazones como Basilio lo deseaba ?

Esta decisión tiene una ambición espiritual: que los Hermanos se sientan orgullosos de haber tenido como cohermano a Basilio, pero se trata de un orgullo sano que nos lleve a la misma audacia y a la misma generosidad. Hace apenas siete años que Basilio murió, es verdaderamente un hombre de nuestro tiempo. El nos dice que la santidad es posible hoy y que ella es hoy fuente de alegría y nobleza de alma. Nos dice que la santidad no está en las visiones, en los milagros… sino en la intimidad con Dios y que se convierte en amor constante y atento hacia aquellos que están cercanos a nosotros. Saber adivinar, saber acoger, escuchar, comprender, no medir el tiempo en el don de sí, tener un corazón de amigo y dejarlo que palpite al unísono de las grandes alegrías y de los grandes dramas de nuestro mundo, amar verdaderamente a nuestra Familia Religiosa y más aún a la Iglesia, he ahí las facetas de la santidad que el hombre de hoy estima y busca. Tal es la santidad de Basilio. Una santidad muy práctica y que da plenitud a la jornada así vivida. El Hno. Antonio Martínez nos decía estos días: “ Cuando Basilio daba sus primeros grandes retiros en España, nosotros los Hermanos jóvenes estábamos en diferentes servicios: preparar las alcobas, arreglar las mesas del comedor, lavar la vajilla, mantener la casa limpia… Al fin del retiro Basilio nos dijo: Uds. merecen un paseo en carro. Y nosotros llenos de felicidad tomamos una vieja camioneta y de Logroño fuimos hasta Africa. “. Basilio no quiso nunca recibir el pago correspondiente a la publicación de sus circulares por parte de las Hijas de San Pablo o de otros editores. El les decía: “ Dad eso a los pobres que encontréis en el camino”. Llegó a conocer la miseria de un sacerdote en Argentina, él le envió durante varios años los honorarios de la misa para que pudiese vivir.

Una Hermana de Camerún le presenta el caso de un joven huérfano y enfermo y el se responsabiliza de los gastos relacionados con la salud y el estudio. Con el estímulo del Consejo General envió gustosamente ayudas a Congregaciones o a Diócesis necesitadas. Hay decenas de cartas de agradecimiento que lo certifican. Basilio tenía al respecto una doctrina sólida como también una mano generosa.

La decisión no pretende poner la atención en la aureola de la cabeza de Basilio ni en la de nuestra familia marista. Quiere simplemente salvaguardar y poner en evidencia los tesoros que nos ha dejado , hacernos herederos de sus intuiciones y decirnos que hay allí una fuente de vida que podría ayudarnos a llegar a ser los Hermanos que Marcelino soñaba cuando decía: “Hacerse Hermano es comprometerse a hacerse santo”

Pero todo ello supone un gran trabajo de investigación que es a la vez un trabajo técnico: reunir todos sus escritos, sus conferencias, artículos…para llegar a una obra que presentará la personalidad de nuestro Hermano Basilio y cuyo conocimiento nos enriquecerá a todos. Es también una obra de amor pues no se puede permanecer en compañía de Basilio sin dejarse tocar por la admiración y sin experimentar deseos de imitarlo.

Es así como nuestra Familia espera frutos muy positivos de esta decisión. El trabajo que ella supone nos conducirá a un conocimiento del Hermano Basilio que ciertamente nos será muy benéfico. Los ecos que se reciben del libro Basilio otro Champagnat , dejan precisamente adivinar el bien que puede hacer el conocimiento más profundo de quien fue nuestro Superior General durante 18 años.