21 de octubre de 2022 HUNGRíA

Ser misionero: «Para que sean mis testigos»

El H. Pau Tristany de Juan, de la provincia de L’Hermitage, vive su carisma marista en Hungría. Ha escrito un artículo en el boletín de noticias de los religiosos de Catalunya (Horeb n. 584) en relación con el tema de la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones (domingo 23 de octubre de 2022) sobre la vocación misionera. Reproducimos en seguida el artículo.


Siempre que la gente me pregunta sobre mi vocación misionera me siento incómodo puesto que no sé si realmente tengo vocación de misionero. Se supone que como vivo lejos del lugar donde nací SOY misionero. Pero desde muy joven, cuando entré en los maristas estuve “lejos” de casa. Mi pregunta es si el ser misionero es solo una cuestión de distancia.

Para mi madre estar lejos quería decir que no me podía ver cada semana puesto que vivía a algunos kilómetros de Barcelona. Ahora que vivo en Hungría y además trabajo con niños y jóvenes desfavorecidos, sobre todo con gitanos, muchos de mis hermanos maristas también dicen que vivo lejos, no solo geográficamente, sino también en otra lengua, cultura, tradición… Pero la verdad es que me siento como en casa. En Europa las diferencias culturales son relativas, todos tenemos un origen y tradiciones muy similares si somos capaces de aceptar y vivir con las pequeñas diferencias. Y respecto a los destinatarios de mi misión no encuentro que sea más fácil o difícil trabajar con pobres o ricos.

Siempre que intento justificar por qué se me hace difícil aceptar que soy misionero me vienen a la cabeza citas del Evangelio. Realmente es el Evangelio el que me motiva y el que cada día intento hacer y seguir. Supongo que cualquier religioso también. Jesús fue capaz de tratar con leprosos y con fariseos, con prostitutas y con centuriones romanos. Cualquier persona es digna de que trabajemos por su dignidad. El médico, no lo necesitan quienes están buenos, sino quienes están enfermos (Mc 2,17).

Quizás nos hemos olvidado que los religiosos hemos optado por seguir el Cristo que dice que “los zorros tienen madrigueras, y los pájaros, nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reposar la cabeza” (Mt 8,20)? Por eso considero que yo no tengo una “casa” donde pertenezco y ahora estoy lejos de ella. Mi casa es donde encuentro el Cristo y esto puede ser en cualquier lugar y con cualquier comunidad humana. Por otro lado, tengo muchas dudas de lo que significa ser misionero. ¿No es Teresa de Lisieux la patrona de las misiones, ella que no salió nunca de su convento? ¿No es cierto que la vocación religiosa es seguir a Cristo en una misión concreta (contemplación, predicación, educación, sanidad, etc.)? Entonces ¿Por qué a algunos nos tratan de misioneros y a otros no? Si el lema de la Jornada Mundial de las Misiones de este año es «Para que sean mis testigos»¿no nos toca a todos los religiosos ser testigos de Jesús y de su evangelio allá donde estemos?

Animo a todos los religiosos, independientemente del lugar donde viven, que en esta jornada nos sentimos misioneros, que seamos testigos de Cristo y de su amor allá donde estamos.

Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2022

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