8 de octubre de 2007 CASA GENERAL

Tras las huellas de Marcelino

Ya se ha convertido en tradición -¡hermosa tradición!- ofrecer a los grupos de renovación marista una estancia de varios días en Notre-Dame de l?Hermitage, a fin de vivir una experiencia profunda en los diversos lugares de nuestros orígenes.

Marlhes, Le Rozet, La Valla, Maisonnettes, el Hermitage: son nombres que resuenan con intensidad en los oídos y el corazón de todos los maristas. Pero volver a ver la habitación de Marcelino, caminar por los senderos por donde él anduvo y sudó, tocar la roca que él golpeó, agruparse en torno a la mesa de los primeros hermanos, detenerse a contemplar el valle que se extiende a los pies del caserío de la Chaperie (el « Acordaos » en la nieve) o leer la placa que recuerda el episodio « Montagne », todo ello constituye una serie de momentos hondos que nos hacen revivir ese pasado siempre presente en nosotros, a la vez que suscitan en nuestros corazones una tromba de sentimientos y nos llaman a actualizar y perpetuar nuestro carisma.

Estos lugares de los orígenes están diseminados en algunas decenas de kilómetros cuadrados. Pero la historia marista sobrepasa esos límites geográficos. Y así hemos podido también revivir, en Notre-Dame du Puy, la inspiración de Jean-Claude Courveille, que no se puede separar del proyecto de la Sociedad de María. Del mismo modo, en Fourvière, hemos podido pasar un buen momento de comunión con la experiencia « fundacional » de nuestra familia religiosa, aunque la restauración que se efectúa en la antigua capilla no nos haya permitido acercarnos al altar de la promesa. La casa de Saint-Genis-Laval también ha quedado resituada en nuestra historia gracias a una visita guiada de manera exquisita y documentada por el hermano Lucien Brosse, y a una celebración eucarística entrañable con los hermanos que descansan en esta casa que, hay que decirlo, está adaptada con todo detalle.

Ya que hablamos de esta visita guiada a Saint-Genis y a Fourvière, hay que destacar la disponibilidad de los hermanos de la comunidad de acogida de Notre-Dame de l?Hermitage, sobre todo los hermanos Alain Delorme, Jean-Pierre Destombes y Maurice Goutagny, que nos han acompañado en toda esta peregrinación por los lugares maristas. El hermano André Lanfrey también, a pesar de sus muchas ocupaciones, nos ha dedicado dos jornadas enteras para ayudarnos a releer ciertos episodios de la historia marista con una perspectiva nueva, basada en investigaciones recientes. Incluso el vicario provincial de la Provincia L?Hermitage, hermano André Déculty, nos brindó un amplio espacio para presentar el proyecto ?impresionante- de renovación de este « relicario del padre Champagnat ». No nos cabe la menor duda de que el « nuevo Hermitage » contribuirá a la renovación interior de los hermanos y a revalorizar el carisma de Champagnat entre los seglares y los jóvenes que se a cerquen a estos lugares.

Para terminar, todos los hermanos del grupo francófono de tercera edad del año 2007 queremos expresar nuestro agradecimiento a la comunidad de Notre-Dame de l?Hermitage por habernos hecho tan grata la estancia, con su acogida fraterna y su atenta presencia continua, y por habernos facilitado un clima de intimidad propicio para la reflexión y la oración. También damos las gracias a los hermanos Gaston Robert y Maurice Goutagny, los responsables del curso, por haber organizado de manera tan satisfactoria este tiempo de vivencia que difícilmente olvidaremos.

Gilles Hogue, fms

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