10 de diciembre: Día de los Derechos Humanos
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta fecha, el 10 de diciembre, se conmemora todos los años con conferencias de alto nivel, eventos culturales y exposiciones organizadas en todo el mundo para crear conciencia sobre los derechos humanos.
Aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos no hace ninguna referencia a la naturaleza espiritual de la persona humana como base de la dignidad humana, esta sostiene, sin embargo, que todas las personas nacen con la misma dignidad inherente, independientemente de su etnia, religión, género, idioma, opinión política y origen nacional o social. Si bien la Iglesia Católica sostiene que la imagen de Dios es la base de la dignidad humana, también reconoce la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un verdadero hito en el camino del progreso moral de la humanidad y pide a todos los gobiernos que la ratifiquen y consideren su promoción como vocación cristiana.
Los conflictos y las guerras continúan obligando a las personas a abandonar sus países de origen y buscar refugio en otros lugares donde a menudo se convierten en objetivos de los traficantes. Es realmente increíble que estas atrocidades continúen ocurriendo setenta y cuatro años después de la declaración de derechos humanos de la ONU. Es igualmente sorprendente que los derechos humanos no se respeten hoy en día cuando casi todo el mundo está de acuerdo en que los seres humanos tienen la misma dignidad inherente. Confiado que las cosas pueden cambiar, en su encíclica ‘Laudato Si’, el Papa Francisco hace un mayor hincapié en la dignidad de la persona humana intensificando la mayordomía de la creación. Del mismo modo, convencidos de que la condición humana cambia y que la solidaridad internacional es indispensable para la paz y la armonía en el mundo, los expertos en derechos humanos también hacen un llamado al espíritu de unidad entre individuos, naciones y organizaciones de derechos civiles para crear un entorno propicio para las libertades fundamentales. Los expertos creen que no se puede lograr un desarrollo sostenible si los países no ponen fin a las desigualdades, mejoran la gobernanza, aceptan las voces de la sociedad civil, cuidan el medio ambiente y respetan las libertades civiles.
Como Maristas de Champagnat, nuestra participación en la defensa de los derechos humanos y las actividades están en línea con el llamado de nuestro XXII Capítulo General a ser constructores de puentes. Este llamado nos invita a ser una memoria profética de la dignidad común y la igualdad fundamental de todo el Pueblo de Dios, así como agentes de cambio y mensajeros de paz transformando la vida de los jóvenes a través de una educación integral. De este modo, nuestro compromiso con los derechos humanos es parte integrante de las exigencias del Evangelio.
Afirmando que el ser humano es creado a imagen de Dios, la Iglesia Católica destaca su centralidad como “persona” a ser tratada como protagonista de toda la vida económica, social, cultural y política. Por lo tanto, la lucha contra las estructuras sociales injustas está en el centro de la acción pastoral de la Iglesia. Desde esta perspectiva, la Iglesia exhorta a los gobiernos a defender y promover los derechos humanos creando un entorno social que ofrezca a los ciudadanos la posibilidad de ejercer verdaderamente sus derechos humanos y cumplir con sus deberes correspondientes.
H. Francis Lukong – Secretariado de Solidaridad