20 de marzo de 2023 CASA GENERAL

21 de marzo: Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial

El 21 de marzo de 1960, los policías sudafricanos en Sharpeville abrieron fuego contra los manifestantes del apartheid y mataron a 69 personas. La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) condenó este trágico incidente y en 1966 declaró el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial para despertar la comunidad internacional ante los horrores del apartheid y la discriminación racial. Este día tiene como objetivo llamar la atención sobre los sesgos basados en los orígenes étnicos.

El fin del apartheid en Sudáfrica, en 1994, no ha eliminado por completo la discriminación racial. La xenofobia, el odio étnico y el discurso de odio persisten en casi todo el mundo a pesar de la aceleración de la globalización desde la década de 1980. Dada esta situación, la ONU condenó cualquier doctrina y teoría racista, y por ende, organizó una conferencia mundial en Durban, Sudáfrica en el 2001, cuyo resultado fue la “Declaración y Programa de Acción de Durban (DPAD)”: un documento integral que expresa el compromiso del mundo para abordar el racismo en todas sus formas.

Muchos países, sociedad civil y grupos religiosos apoyaron esta Conferencia Mundial contra el Racismo para continuar la lucha contra el racismo. Al respecto, el Pontificio Consejo “Justicia y Paz” decidió volver a publicar su documento “La Iglesia ante el racismo: para una sociedad más fraterna”. Este documento pide la conversión del corazón y el perdón como único camino hacia la reconciliación. Reconoce el papel fundamental de la educación, los medios de comunicación, la familia y la religión en la educación en derechos humanos. Los actores políticos también tienen un papel importante en la mejora de la situación de los grupos minoritarios vulnerables que siguen sufriendo discriminación. Y refiriéndose a la experimentación con el feto como “una nueva forma de racismo”, el documento también advierte a la comunidad científica que su aventura en esta dirección podría conducir a la creación de una “subcategoría de seres humanos”.

La discriminación racial destruye el tejido social de la sociedad y el sentido de agencia (SA) de las personas, y hace imposible la interacción social y la cohesión. Al respecto, el Papa Juan Pablo II en su homilía en Sudáfrica, en 1995, se centró en la solidaridad para combatir los prejuicios raciales y la animosidad étnica. Él exhortó a todas las naciones, las sociedades civiles y los grupos religiosos, a fomentar la solidaridad, porque todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios y tienen el mismo origen y destino.

El principio de San Marcelino: educar a los alumnos amándolos a todos por igual

Como Maristas de Champagnat, luchamos contra la discriminación en nuestras escuelas fomentando el principio de Marcelino, de educar a nuestros alumnos amándolos a todos por igual. Hacemos esto procurando que todos los alumnos y estudiantes tengan derecho a un entorno de crecimiento y aprendizaje seguro y equitativo. Nos aseguramos de que nuestras escuelas promuevan la igualdad al acomodar a estudiantes con discapacidades. Además, la Comisión Internacional de Misión Marista, en sus diversos mensajes a todos los educadores maristas, insta a garantizar que las escuelas maristas estén libres de prácticas abusivas que generen discriminación, como la intimidación, los desprecios étnicos, los insultos, los estereotipos étnicos y la propagación de materiales denigrantes.  La parábola del Buen Samaritano (Lucas 10, 25-37) y la enseñanza de San Pablo sobre ser “Hijos de Dios” (Gálatas 3, 26-28) nos recuerdan que en Cristo todos los seres humanos son hermanos y merecen ser tratado con amor y bondad.

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Hermano Francis Lukong – Secretariado de Solidaridad

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