31 de enero de 2012 CASA GENERAL

Agradecimiento por el don de su vida y su persona al Instituto

El domingo 29 de enero tuvimos la celebración del cumpleaños del H. Emili Turú, quien los cumplió el día 24 en Australia. A las 11:45, en la Capilla del Consejo general, se celebró la eucaristía dominical, presidida por el Capellán, P. Carmelo de la Cruz, y concelebrada con los otros sacerdotes de la casa. Estuvieron presentes todos los hermanos del Consejo general y los hermanos de la Comunidad de la Casa general.

El H. Antonio Ramalho hizo alusión de cómo la Capilla del Consejo general nos recuerda nuestros orígenes, al Padre Champagnat, y es en este lugar donde ofrecimos la Eucaristía por nuestro Superior general, Emili Turú. El artículo 130 de las Constituciones, nos dice que “El Hermano Superior General, sucesor del Fundador, congrega a todos los Hermanos del Instituto en torno a Cristo”. En torno a la mesa del Señor estábamos ahí todos reunidos, en nombre de todos los hermanos del Instituto. Y como signo de ello la celebración fue multilingüe: francés, español, inglés, portugués e italiano; así como la participación de todos en la celebración.

Basándose en el evangelio, el padre Capellán dijo en su homilía que la autoridad viene de la persona, y cómo dicha autoridad se justifica únicamente si está al servicio de los demás, tal como nos lo dicen las Constituciones en los números 121 y 122, que fueron leídos.

En la oración de los fieles, participaron los hermanos Michael de Wass, Josep Roura y el benjamín de la casa, Marcelo Bonhemberger.

Durante el ofertorio, el H. Emili Turú, como símbolo de su propio ofrecimiento, encendió unas varitas de incienso. Al finalizar la Sta. Misa se cantó el hermoso canto mariano “Salve regina sorella”.

Durante la comida, además del brindis y cantos de cumpleaños, el H. Joe Mc Kee, Vicario general, en breves, pero sentidas palabras, nos describió la sencillez y el don que representa para el Instituto el H. Emili Turú.

En sus palabras recordó cómo, después del Capítulo general, en el retiro realizado en Nairobi, llegó a conocerlo mejor, expresando haber percibido “la riqueza de tu personalidad”. De cómo las “mesas redondas, que han caracterizado el último Capítulo general, son, creo y creemos –expresó–, un símbolo de tu estilo de gobierno, de tu liderazgo”.

Se refirió a su capacidad de diálogo, al interés por los demás, la sensibilidad y disponibilidad hacia los hermanos, todo ello al estilo de María. También hizo alusión a la futura circular, del tema tan estimado por nuestro Superior general: “ser el rostro mariano de la Iglesia”, un verdadero desafío para todos, un auténtico programa de vida. Y sobre este camino va con nosotros el H. Emili.

Asimismo dijo que los viajes del H. Superior general muestran su interés para que su presencia sea un estímulo para los hermanos y laicos maristas. Y cómo tal presencia y mensajes han dejado eco en muchas personas. E incluso su presencia entre los Superiores generales es muy apreciada, y contribuye a que todos entendamos mejor la riqueza de nuestro ser hermanos en la Iglesia.

El H. Joe agradeció al H. Emili su fraternidad y amistad, pues para él ser hermano no es un título, sino un programa de vida, qué él mismo, el H. Joe, ha experimentado. Cómo las personas se sienten a gusto con el H. Emili: “Esto es fraternidad y amistad”.

El H. Vicario general, a través de sus palabras, considera interpretar el sentir del Consejo general y también de los hermanos. Expresó, por último, que el H. Emili es un regalo que nos ha hecho la Virgen.

El H. Emili respondió con gracia y alegría, la de tener maravillosos compañeros, y por ello, dijo: “el ser Superior general no es una carga sino un privilegio”.

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