1 de febrero de 2012 CASA GENERAL

Tomando el pulso del Instituto a dos años del XXI Capítulo general

La fecha del encuentro fue del 23 al 25 de enero, en la Casa general, con 24 participantes, entre Hermanos y Laicos.

El primer día se empezó recordando el lema del Capítulo general: “¡Con María, salid deprisa a una nueva tierra!”. Y lo primero que se analizó fue el “liderazgo compartido” ejercido por los que conforman los Secretariados, el FMSI (Roma y Ginebra) y responsables de la formación permanente (Manziana y El Escorial), con sus características: la integración, la comunicación horizontal (circular), el diálogo fraterno, la responsabilidad de las Secretarías y oficinas en el "enlace" con el Consejo General, en la intercomunicación con los demás, y la participación en la reflexión de los hermanos y laicos de la Casa General.

El programa del encuentro fue: Tomar “el pulso” del Instituto, desde las propias perspectivas, para situarse en los 2 años de camino recorrido desde el XXI Capítulo general. Con la pregunta “¿dóndehemos llegado?”, detectar los “puntos de energía” y los “puntos más débiles”, e incluso algunas “señales de alarma”. A partir de ello, identificar prioridades y revisitar el Plan global de acción.

Se empleó la metodología de mesas de diálogo, mixtas y por áreas; plenarias y foros abiertos. Dos aspectos clave: coordinación y visión conjunta.

Primer día. Se concretizó en “detectar los puntos de energía”, tales como:

•      Valorar lo nuevo que va apareciendo,  “señales” (versus gran peso que nos ata)
•       Nuevas solidaridades (Ginebra, etc.) – Protección de menores (policy) – Advocacy child rights.
•      Más amplia visión sobre MISIÓN (nueva manera de estar) – Otras maneras de realizar la misión en la escuela  – AMAG
•      Estilo de liderazgo: colaboración, diálogo fraterno – Rostro Mariano de la Iglesia.
•      Hermanos y laicos: identidad, colaboración, formación.
•      Internacionalidad, “más allá de tribalismos”, (fronteras: ¿muro? ¿puente?)
•      Experiencias de formación inicial y permanente, formación conjunta hermanos y laicos.
•      La “energía” proveniente de hermanos jóvenes en algunas regiones del Instituto.
•      La sabiduría de tantos Hermanos mayores.
•      El potencial de tantas escuelas y gran número de colaboradores laicos.

La reflexión se profundizó en un foro abierto.

Al final del día se tuvo la celebración eucarística, en la cual, durante el ofertorio se presentaron diversos símbolos sobre cada una de las áreas, que representaba su peculiar misión y acción.

Segundo día. Se entró en la cuestión relacionada con los “puntos débiles” e incluso “señales de alarma”. Hizo resonar en los oídos aspectos como: ¿podemos empezar el cambio por nosotros mismos? ¿Podemos anunciar hoy al Instituto no solamente decisiones que se refieren a estructuras, a paredes o a organizaciones, sino sobre todo decisiones que nos afectan a nosotros personalmente?

Y para situarse en los dos años recorridos, se utilizó una dinámica adecuada para identificar prioridades.

Último día. Se concretizó en aplicar las prioridades a cada área. Al revisitar el plan de acción, se presentaron las siguientes preguntas:

•      A la luz de lo que expresamos estos días, ¿qué implicaciones tiene para el Plan de Acción?
•      ¿A qué hay que dar prioridad?
•      ¿Habrá que cambiar algo?
•      En el espíritu de cooperación y colaboración, ¿hay posibilidades de trabajar algún tema juntos?

Por último, se invita a cada Secretariado y al FMSI definir qué quiere compartir con el Consejo general, sentimientos y sugerencias.

Reflexión final –  Se invitó a la esperanza: “La siembra de Dios es siempre silenciosa”. “Nuestros mayores siguen plantando árboles sabiendo que nunca se sentarán a su sombra”. “Confía en el Señor, que El actuará” (Salmo 37, 5).

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