10 de agosto de 2011 ESPAñA

Buitrago del Lozoya acoge a los jóvenes maristas de todo el mundo

Madrid ha sido el punto de llegada de los participantes en el Encuentro Internacional de Jóvenes Maristas. El centro de acogida inició su actividad en el colegio San José del Parque. Allí recibieron a todos los que hicieron viaje largo. Desde aquí partieron, en autocar, las expediciones para Tui, Alicante, Barcelona y Buitrago. Los responsables de la acogida, una vez concluido su servicio de recepción en el aeropuerto, y de organizar a los grupos que partían hacia los cuatro puntos cardinales de España, desplazaron su centro de operaciones a Buitrago.

Entre los participantes, venidos de los más diversos países del mundo marista, se ha creado inmediatamente un clima de amistad y de fácil comunicación. Los colores de los distintivos o de las banderas, que cada uno ha portado de su país, han comenzado a fundirse en un arcoiris marista multicolor. Un eslogan se repite por todas partes: Belivin. El cronista viajó con el grupo de jóvenes camino de Buitrago. En comunicación personal se pueden detectar algunas de las expectativas que los jóvenes maristas traen a este encuentro.

“Quiero conocer más en profundidad el trabajo de las provincias maristas y cómo lo están realizando”. Decía un joven participante procedente de Melbourne. “Quiero ampliar mis conocimientos sobre la red de las obras maristas y crecer en el espíritu de la familia marista”, añadía su compañero, “aunque personalmente me interesa más profundizar mi vinculación al carisma marista”.  El deseo más generalizado de la mayoría de los jóvenes es el de “encontrarse y compartir” con otros jóvenes para “comprobar cómo se desarrolla la pastoral juvenil en otros lugares del mundo marista”, como puntualiza Gabriel, de Canadá; “de esta manera podré enriquecerme con las experiencias de los otros.”

Los tres autocares ruedan tranquilamente, por la carretera de Madrid a Burgos. Hace calor. Se detienen en Buitrago del Lozoya, pequeña población castellana donde se encuentra el Centro de Estudios Santa María del Castillo, regentado por los hermanos maristas y las hermanas concepcionistas. “Me gustaría encontrar mi camino de futuro. Espero hacer una experiencia inolvidable.” subraya Samuel, de Bélgica, mientras recoge su bolsa al descender del autocar.

En Buitrago han estado trabajando duro los voluntarios que se han responsabilizado de que todo estuviera a punto. El lugar es fantástico. El conjunto arquitectónico, cubierto por un tejado de pizarra negra, se enclava en medio del austero paisaje castellano, pintado de ocres y amarillos, una vez concluida la recogida del trigo. Aquí, recordando su tierra, que acaba de salir de la guerra, escuchamos a Emilie, de Costa de Marfil, que confiesa: “Vengo con ganas de vivir una maravillosa experiencia que me permita profundizar mi fe católica y entusiasmarme por el carisma marista para comprometerme con más decisión y poder así participar en otras experiencias y en otros encuentros”.

André, de Brasil, mientras traspasa el umbral del Centro de Estudios Santa María del Castillo, rodeado de compañeros que arrastran sus maletas, se siente feliz de “poder compartir y asimilar los sueños, desafíos y sentimientos de ser joven junto con nuestros amigos maristas de todo el mundo”. Con decenas de personas procedentes de las más variadas regiones del mundo ésta será una oportunidad única para “conocer la manera como se vive el ser maristas desde la perspectiva de otras culturas y experimentar que el sueño de Champagnat está vivo entre nosotros.”

Junto a sus compañeros mexicanos, que se protegen del fuerte sol castellano con un sombrero de gran vuelo, Nacy se siente feliz de participar en este encuentro para “conocer la trayectoria, camino y carisma marista alrededor del mundo, impregnar mi vida de él y ser parte de la comunidad marista”.

Joao, un brasileño bien proporcionado, alto y esbelto, le comenta a su acompañante, mientras se acercan al comedor para tomar un refrigerio: “Quiero conocer nuevas personas, aprender más todavía sobre la Congregación marista y profundizar el conocimiento de la manifestación del carisma marista en todo el mundo”.

Ya estamos en Buitrago. Seguiremos de cerca de este grupo de jóvenes en su amplio programa de trabajo.

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