11 de enero de 2013 CUBA

Educar es obra de infinito amor

Cuba vive momentos de tímida apertura en lo económico (aparición incipiente del cuentapropismo), en lo social (flexibilización de leyes migratorias), en lo político (ocasionales artículos que critican instituciones ineficientes) y también en lo educativo y cultural. Es de esperar que esta tendencia continúe acentuándose. En su última intervención ante el Congreso el presidente Raúl Castro declaró: “Para garantizar el éxito en la implementación de los Lineamientos, (nuevas disposiciones de tipo económico, con repercusión en otras áreas) es imprescindible romper la colosal barrera psicológica que resulta de una mentalidad arraigada en hábitos y conceptos del pasado” (14 dice 2012).

Los hermanos maristas junto con la Iglesia cubana, deseamos ofrecer nuestro aporte, en esta hora compleja que vive el país, a la construcción de una sociedad  con niveles más altos de desarrollo y a la formación integral de los educadores, de los niños y de los jóvenes. He aquí algunos de los campos en donde estamos prestando nuestra colaboración con ilusión y a los que dedicamos buena cantidad de energía y tiempo.

Acompañamiento de docentes cubanos católicos y no católicos  con el propósito de apoyar su crecimiento humano y profesional. Esto lo hacemos a través de lo que llamamos Escuelas de Verano que funcionan en la totalidad de las Diócesis con excepción de la de Ciego de Ávila (su duración es de una semana) y a través de Talleres para educadores, sobre temas específicos como: desarrollo humano, modelos de transmisión de valores, la mirada del educador en el proceso educativo, identidad del profesor, educar con inteligencia emocional, cómo personalizar la educación y bastantes más. (su duración es de un fin de semana, se inician el viernes por la tarde y concluyen el domingo a mediodía).

Acompañamiento de docentes católicos con el propósito de ayudarles a establecer  el diálogo fe-vida, fe-cultura. Intentamos conseguir este propósito a través de la animación de pequeños grupos  de educadores que funcionan a nivel de parroquia y a través de Jornadas de reflexión sobre el “Proyecto educativo de la Iglesia católica en Cuba”. Éste es un documento abierto y audaz, elaborado con la participación de un buen número de educadores católicos y publicado recientemente con el respaldo de la Conferencia Episcopal (2012).  Entre otros temas ofrece a los educadores católicos un Perfil del docente católico que sugiere pistas para su crecimiento humano, profesional y cristiano  y les propone una serie de retos a tomar en cuenta en su diaria labor: educar para fomentar la dignidad de la persona humana, para enseñar a pensar, para promover un desarrollo social solidario, para desarrollar la cultura de la gratuidad y la participación, para hacer memoria de la historia nacional, latinoamericana y universal, para educar junto a la familia, para educar con apertura a la trascendencia respetando la laicidad del Estado.

Otro campo es la colaboración con centros de formación humanística y teológica para laicos de nivel superior. Estos centros son interesantes y prometedoras plataformas de diálogo y de superación, que al mismo tiempo que permiten a quienes a ellos acuden, fortalecer su formación en áreas como, la antropología, la filosofía, la psicología, las ciencias sociales,  la teología,  ayudan a crecer en la óptica de la tolerancia, y de un legítimo pluralismo. Nuestros hermanos de la Habana colaboran en el Centro Félix Varela, animado por la Arquidiócesis de la Habana, los de Cienfuegos lo hacemos con el Curso Básico que promueve el Secretariado de Educación de la Fe de la Diócesis.

Un cuarto espacio que se nos ha abierto a las Congregaciones de carisma educativo y a Cáritas son los proyectos de educación no formal que promueven el arte, el deporte, la enseñanza del inglés, el aprendizaje de computación,  el adiestramiento en manualidades, el acompañamiento de personas con discapacidad, los grupos de desarrollo humano, el repaso escolar. Se han multiplicado a lo largo de toda la isla. Son una necesidad sentida por la sociedad a la que la Iglesia está respondiendo de manera discreta pero creativa con beneplácito de los padres de familia. Nosotros en Cienfuegos tenemos un Centro Juvenil y los hermanos en la Habana han colaborado con el centro que animan las Hijas de la Caridad.

Los campos mencionados anteriormente han ido surgiendo gradualmente desde la germinalidad pero también desde la utopía, (el paso corto y la mirada larga), en los últimos quince años. Los hermanos maristas hemos decidido que uno de los ejes que inspire nuestro compromiso misionero con este pueblo y con esta Iglesia, además del catequístico y el de la pastoral juvenil, sea el educativo. Ojalá que el Jesús, buen pastor que da la vida, María educadora atenta y solícita y Marcelino formador intrépido y creativo inspiren y sostengan nuestros sueños y deseos.

José Martí, poeta, escritor, luchador social, patriota y educador es sin lugar a dudas la figura central de la historia cubana. De él son los Versos Sencillos que dicen: “con los pobres de la tierra/ quiero yo mi suerte echar/ el arroyo de la sierra/  me complace más que el mar”. De él es también la frase que inspira a muchos educadores cubanos y que sirve de título a esta reflexión: ”educar es obra de infinito amor”. Dos interpelaciones coincidentes con el mensaje evangélico y con el carisma marista, que desde Cuba queremos acoger como espuelas y como horizontes.

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H. Carlos Martínez Lavín 

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