10 de enero de 2017 FRANCIA

El Bicentenario en la cuna del Instituto

Las celebraciones del bicentenario en La Valla y en Nuestra Señora del Hermitage, que contaron con la presencia del hermano Joe McKee, Vicario general, se llevaron a cabo durante dos días. A todas o a alguna de estas celebraciones de nuestros lugares de origen, asistieron unas 500 personas.

Con una sencilla y hermosa eucaristía, iniciamos las celebraciones del bicentenario, el lunes 2 de enero, a las 15.30 horas, en la iglesia de La Valla en Gier. La asamblea, compuesta por unas 300 personas entre hermanos, laicos, fieles de la parroquia de Saint-Ennemond en Gier, amigos de los hermanos, participó en una fervorosa misa de acción de gracias, presidida por monseñor Sylvain Bataille, nuevo obispo de St Etienne. Diversos objetos simbólicos y una decoración floral muy agradable ofrecieron a esa eucaristía un aspecto festivo y muy evocador de la realidad marista.

Posteriormente, en el gran salón del primer piso de la Casa Champagnat, los hermanos Joe McKee y Pere Ferré (superior de la provincia L’Hermitage) destaparon la placa conmemorativa de este bicentenario. Se trata de una obra de arte del señor Jean-François Telley cuyo simbolismo presentó brevemente el hermano Michel Morel.

Un tercer momento tuvo lugar en el salón de fiestas, puesto a disposición de los hermanos por el municipio. El señor Jean Claude Flachat, alcalde de La Valla; el señor François Rochebloine, diputado de la circunscripción; monseñor Sylvain Bataille y el hermano Pere Ferré, describieron, cada uno a su manera, el significado de este bicentenario en este lugar de nuestros orígenes. El hermano Joe McKee, a su vez, presentó el video del mensaje que el hermano Emili Turú dirigió a los maristas del mundo entero con ocasión del aniversario de la fundación.

El martes, 3 de enero, diversas actividades permitieron a los participantes descubrir y vivir otros aspectos de la vida marista, de ayer y hoy. Una conferencia del hermano André Lanfrey, titulada: “Fundar la Obra de María según el deseo de Dios” sin duda ayudó a comprender mejor la complejidad del proceso de Fundación de nuestro Instituto, removiendo un poco el enfoque clásico que se ha hecho en los libros “oficiales” sobre nuestros orígenes. 

Siguió una propuesta de talleres: uno, dirigido por el H. Maurice Goutagny, sobre la espiritualidad marista; otro, presentado por el H. André Déculty, sobre la vocación marista descrita desde una exposición. Ambos talleres fueron muy apreciados y seguidos por un buen número de personas. Al final de la mañana, el H. Joe McKee presentó, bajo forma de diaporama, las principales orientaciones del Instituto para los próximos años, especialmente a través de los proyectos concretos que ya están en marcha: las Comunidades Lavalla200>, el Proyecto “Fratelli” del Líbano; los proyectos marcados por las dimensiones de la interculturalidad, la comunión entre hermanos y laicos y la presencia en las periferias geográficas y existenciales de nuestras sociedades.

Por la tarde, a las 14.30 horas, se unieron al grupo otras personas de la zona para ver la obra “El quinto evangelio”, que evoca el mensaje de la vida del hermano Henri Vergès, llevado a escena por Francesco Agnello e interpretado por Jean-Baptiste Germain. Sin duda, ha sido el acto más cargado de emoción de estas celebraciones. Doscientas personas descubrieron la vida entregada de este “discípulo de Champagnat”, hermano y educador de los jóvenes argelinos, asesinado el 8 de mayo de 1994.

Por último, se concluyeron los dos días de fiesta con una celebración en la capilla, animada por el H. Jean Pierre Destombes que utilizó el símbolo de la mesa de La Valla, la mesa de la renovación en la que se ofrece un puesto a cuantos quieran participar.

Algunas frases recogidas en el libro de oro abierto para este aniversario resumen bastante bien, al parecer, lo que han vivido los participantes en estas reuniones: “otros dos días maravillosos, cálidos, acogedores, fraternales, con motivo del bicentenario. Gracias, de corazón, por permitirnos vivir estos momentos de fraternidad evangélica… y el maravilloso descubrimiento de los “Hermanos maristas”.

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F. Michel Morel 

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