27 de enero de 2009 VENEZUELA

En el torrente del ?Agua de la roca? – Una experiencia personal

Soy un laico comprometido con espiritualidad marista, cabalgando mi trigésimo año como docente con los hermanos en Venezuela. Me dieron la oportunidad de asistir al retiro provincial y no la desaproveché, ¡Qué decisión tan acertada!

En el retiro (Diciembre 2008) orientado hacia la profundización del carisma de Marcelino Champagnat en el libro ?Agua de la roca?, logré entender la esencia del proyecto marista como nunca antes lo había logrado. Es tanto lo que podría escribir sobre la experiencia vivida pero me concretaré al aspecto más culminante de mi vivencia y algunos comentarios sobre el libro.

En lo que para mí fue el clímax del retiro: La celebración penitencial y la reconciliación, fuimos remitidos al Antiguo Testamento y nos centramos en el episodio del becerro de oro (Ex. ,32-34); en verdad descubrí todo un contenido teológico y práctico que me condujo luminosamente a comprender la esencia del concepto de PECADO y ALIANZA. Pero antes, ya el animador nos había dado a entender que nuestras vidas eran como el Pueblo de Israel, nuestras vidas son un peregrinar al igual que las de los Israelitas por el desierto y, como ellos, encontramos dificultades, nos revelamos y nos reconciliamos con aquel Dios que siempre nos sabe perdonar. Al momento vino a mi mente otro relato bíblico (Ex. ,17) al que yo había recurrido anteriormente en un encuentro de directivos maristas; la convergencia es sencillamente espectacular, se trata del episodio que la biblia titula: AGUA DE LA ROCA; es aquel pueblo sediento que encara a Moisés pidiéndole agua y este clama al Señor quien le responde: ??yo te espero allí, junto a la roca de Horeb. Golpea la roca y saldrá agua para que beba el pueblo.? He aquí otra conexión como la que nos sugirió el animador pero no con mi vida personal sino con la de la Congregación Marista: Los ?Juan Bautista Montagne? sedientos de evangelización interpelan a Marcelino para que corte la roca del valle del río Gier y construya la casa de la que brotarán ríos de agua viva. ¡Qué grandioso!

Es maravilloso cuando uno asiste a estos retiros y el Espíritu Santo obra en la mente y el corazón para dilucidar las ideas con la claridad que lamentablemente se opaca dentro de la dinámica rutinaria del día a día. Gracias hermanos por haberme dado esta oportunidad.

Por otra parte y, atendiendo a la cita bíblica referida anteriormente, me atreví a revisar las notas que aparecen al final de ?AGUA DE LA ROCA? y no ubiqué reseña alguna al (Ex. , 17). Claro, entiendo que lo fundamental está en (Ju. 7, 37), sólo que quería hacer este comentario que pudiese ser útil, relevante o no.

Por último, quisiera destacar otra de mis observaciones, se trata de la figura de José: ya me hubiera gustado una referencia a San José por lo importante que es para la Familia Marista. Jesús, María y José conforman la SAGRADA FAMILIA, ejemplo hermosísimo que seguramente Champagnat tuvo en su mente como modelo; por último, quizás debió ser el primero, los maristas tenemos tres lugares preferidos y uno de ellos es Belén y allí?está José (20 y 24 del A.R.).

En todo, son ideas con las que tropezó mi mente en estos fabulosos días y que pueden tener o no validez. Lo más importante es lo grandioso del libro ?Agua de la roca?. No es un libro más, no es ?Un hombre sin fronteras? o algún otro editado. Sin restarles importancia, diría que AGUA DE LA ROCA es un libro para ser leído y releído. Aun más: es un libro para ser desmenuzado paulatinamente, como se tomáramos una ?pastilla bíblica? empujada con ?agua de la roca?.

Formo parte del torrente de los ríos de agua viva gracias a los hermanos maristas de Venezuela que un día me acogieron, me enseñaron y que hoy me aceptaron en su retiro espiritual. Una vez más, gracias.

Jesús Coromoto, Acosta Yaraure

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