H. Luis Carlos Gutiérrez Blanco
El Consejo general ha anunciado, el 26 de junio, la reelección del hermano Luis Carlos Gutiérrez Blanco para un segundo trienio como provincial de América Central.
El hermano Luis Carlos comenzará su segundo mandato el 9 diciembre, durante el capítulo provincial.
H. Luis Carlos Gutiérrez Blanco
Nací en 1967, en Trapagaran, Vizcaya, España. En junio de 1986, hice mis primeros votos en Venta de Baños, Palencia, España. Un mes después, me trasladé a Guatemala, para iniciar el Escolasticado junto a los compañeros de mi grupo. En 1992, emití mi profesión perpetua en Guatemala. Desde mi inicio en el Escolasticado he trabajo en escuelas y colegios de tres países: Guatemala, Costa Rica y Puerto Rico. Posteriormente, en la función de Coordinador Provincial de Educación, atendí en diferentes proyectos a los seis países de nuestra Provincia. De las experiencias más significativas de mi vida apostólica, puedo descartar mis experiencias como maestro en diversos contextos y la pasión por la enseñanza como espacio de transformación, humanización y evangelización.
Una riqueza que llevo en mi corazón es haber compartido muchos años con los niños y jóvenes de los movimientos juveniles y de sacramentos. Sus historias y amistades siguen motivando mi ser como Hermano. Cerca de mí, siempre han existido personas especiales, laicos y laicas, miembros de fraternidades, que me han recordado con su testimonio la riqueza de nuestro carisma. Por último, tanto en Guatemala como en Costa Rica, haber estado en las Juntas Directivas de las conferencias de Religiosos/as, me ha servicio para conocer y compartir las búsquedas de la vida religiosa y comprometerme con ella.
Desde diciembre del 2013, sirvo como Provincial de América Central. Y desde varios años antes en la Comisión de Misión y Subcomisión de Educación de la CIAP, y actualmente en la coordinación del Consejo Permanente.
Gracias a Dios, la diversidad, sencillez y espíritu de los Hermanos de mi Provincia he aprendido a valorar la fraternidad como un elemento fundamental de nuestro aporte marista. Los hermanos me han ayudado a ser hermano y con ellos, agradecido, sigo caminando en la confianza puesta en Dios y María.