3 de diciembre de 2008 AUSTRALIA

Ha decorado la capilla marista de Mittagong

En medio del Festival marista, celebrado en el Saint Joseph College, de Sydney con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud de 2008 -el idioma prevalente ha sido el inglés- escucho a mi espalda hablar un excelente español con deje extranjero. Me vuelvo y me encuentro ante un personaje de ojos claros, vivaces, que habla con gesto vital y actitud acogedora mientras explica algunas características de un icono a un grupo de jóvenes. Inmediatamente se suscita en mí la necesidad de contactar con ese hombre y mantener una conversación.

Hablas muy bien el español. ¡Enhorabuena!
Eso es un logro que se lo debo a mi mujer que es chilena, pero también estuve trabajando en España en los años 1978, 1979 y 1980. Esa fue la ocasión para aprender ese idioma acogedor.

¿De qué país procedes?
De la ex Yugoslavia; ese es el nombre con el que se conocía a mi país hace 19 años cuando vine a Australia. Yo procedo de Serbia, de la ex capital, Belgrado.

¿Cómo nació tu vocación de autor de iconos?
Llevo 40 años haciendo iconos. Comencé a asimilar la antigua tradición de la iconografía en la primera infancia mientras veía a mi padrastro restaurar los frescos e iconos serbios en las iglesias y monasterios. En mi adolescencia comencé a pintar los primeros iconos. Más tarde hacía otras cosas, pero nunca pude dejar de pintar iconos. Es un atractivo que siento desde dentro.

¿Ahora te dedicas exclusivamente a hacer Iconos?
Aquí en Australia, en los últimos 19 años, me he dedicado totalmente al trabajo de pintar iconos; toda mi producción está destinada casi íntegramente a la Iglesia Católica. La producción de mi trabajo se queda mayoritariamente en Australia, aunque también tengo unos pocos iconos en Nueva Zelanda, Inglaterra, Escocia, Serbia, Estados Unidos, Korea….

He oído que te han encargado un icono para entregárselo al Papa Benedicto XVI con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud.
Así es. Una representación de San Benito. Él se llama Benedicto, que es lo mismo que Benito.

¿Qué se siente cuando a uno le encargan un trabajo para entregar al Papa?
Es una buena pregunta. Tardé dos semanas en calmarme, porque no podía creérmelo. Tenía problemas para dormir. Por fin tuve que serenarme, concentrarme y trabajar intensamente porque el margen de tiempo de que disponía era demasiado corto. No tenía tiempo que perder. Lo que hice fue elaborar dos o tres bocetos en tamaño pequeño, dos o tres pequeños iconos para hacerme una idea de cómo podía quedar el original. Había que asegurar el resultado final sin dar cabida a ningún fallo.

¿Cuáles son las características del icono elaborado para el Papa Benedicto de XVI?
Como me pidieron que creara un nuevo icono, una nueva versión de San Benito, lo concebí como un monje humilde que entrega a Dios su Regla benedictina. El icono representa a un hombre de edad con mucha sabiduría. En esa actitud de ofrenda pide, con gran humildad y con mucha compasión, el favor de que sea acogida. San Benito está representado por un hombre de edad madura, de unos sesenta o setenta años.

Michel Galovic es autor también de los iconos de la capilla marista de Mittagong, en NSW.
De los cinco iconos de Mittagong y de varios otros iconos realizados para los hermanos maristas de Australia.

¿Cómo te has inspirado para representar la espiritualidad marista a través de los iconos que representan a los santos maristas?
Al recibir este encargo directo tuve que concentrarme y estudiar el mundo marista. Me pidieron que hiciera el primer icono de Marcelino Champagnat como beato, antes de estar canonizado, y después, cuando le canonizaron, me pidieron el otro como santo. Y así comenzó mi primera jornada de trabajo con los hermanos maristas y luego continuó mi viaje como compañeros de camino haciendo varios trabajos que me han solicitado.

¿Cuál es la dimensión de la espiritualidad marista que más te ha impactado, que más ha cautivado a Galovic, al hacer los iconos?
Sin duda que el amor de los maristas hacia la Virgen María, por su compasión, por su humanidad y su cercanía para poderle hablar y estar cerca de los seres humanos.

De las obras que has elaborado para los maristas, ¿cuál es la preferida de Galovich, la que has hecho con más cariño, la que más te ha gustado?

La escena de María en Pentecostés, en medio de la Iglesia reunida en oración. Este icono fue hecho para la Confederación de las escuelas maristas de Australia, que son 53. Es un icono viajero. Va peregrinando de escuela en escuela donde tienen lugar los encuentros de la Confederación.

¿Qué te ha enriquecido en su contacto con los maristas? ¿Qué es lo que los maristas han aportado a Galovic?
La posibilidad de enriquecer mi espiritualidad, porque fue una dimensión nueva para mí. Yo procedo de la tradición ortodoxa. La posibilidad de difundir mucho más lo que hago yo.


MICHAEL GALOVIC nació y estudió en Belgrado, la capital de la antigua Yugoslavia. Se graduó en la Academia de Artes de Belgrado en 1974. Comenzó a asimilar la antigua tradición de la iconografía en la primera infancia mientras veía a su padrastro restaurar los frescos e iconos serbios en iglesias y monasterios y comenzó a pintar iconos por sí mismo en su adolescencia. Después de una búsqueda personal, Michael viajó mucho y vivió en Medio Oriente, España y África, absorbiendo la contrastante belleza de cada nueva cultura que descubría. En 1990, Australia se convirtió en su nuevo hogar y desde entonces es un ciudadano naturalizado australiano. Muchas iglesias y colecciones privadas de Australia y del extranjero muestran con orgullo la labor creativa de Michael. Su obra se puede contemplar en más de setenta iglesias de Australia, Nueva Zelanda y algunos otros países, aparte de numerosas colecciones privadas. También ha realizado exposiciones en los Estados Unidos (2), Inglaterra (2), Perú, Serbia, Korea, Nueva Zelanda (muchas veces), y tiene prevista una en Islandia en 2009, y otra, sin duda la más importante, en Roma en 2010.

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