27 de enero de 2009 BRASIL

Homenaje del H. Joaquim Clotet, Rector de la PUCRS

Estamos conmemorando, en 2009, el segundo centenario del nacimiento de Charles Robert Darwin. Un hombre admirado, estudiado e incluso considerado polémico por algunos. Los homenajes, conferencias, publicaciones y exposiciones serán numerosos. Sociedades científicas, filosóficas y teológicas, universidades y museos de historia natural han planificado ya las más diversas actividades sobre la vida y obra del famoso sabio, nacido el 12 de febrero de 1809. La Universidad de Cambridge, por ejemplo, tiene programado para el próximo mes de julio el ?Darwin Festival?, un evento científico y cultural de extrema importancia. Asimismo el ?Natural History Museum? de Londres inauguró ya la ?Darwin Exhibition?, espléndida y altamente documentada exposición sobre el autor.

No deja de llamar la atención la trayectoria universitaria del gran naturalista, observador y coleccionista. Empezó los estudios de medicina en la Universidad de Edimburgo. Es oportuno añadir que su padre era médico. Abandonó esa opción antes de haber acabado el curso. Ingresó en la Universidad de Cambridge para estudiar arte. En esa época se interesó por las lenguas clásicas, la filosofía, la teología y, por increíble que parezca, las matemáticas y la física.

Ni el mundo de las humanidades ni el de las ciencias divinas configuró, sin embargo, su indiscutible y preclara opción intelectual: (sino) la observación atenta y crítica de la naturaleza. Dos experiencias marcaron definitivamente el futuro del notabilísimo sabio: un viaje y el jardín de su casa.

El viaje realizado en el Beagle duró cinco años y le permitió observar, escribir, dibujar y coleccionar animales y plantas en un largo periplo. Pasó dos tercios de ese viaje en tierra firme. Así pues, de abril a junio de 1832 estuvo en el Brasil y alquiló una propiedad en la bahía de Botafogo. De regreso a la patria, compró una casa, Down House, a 16 millas de Londres. El gran jardín que se encontraba en ella fue su laboratorio. La lectura de los datos obtenidos en el viaje, el examen de las especies recogidas y sus experimentos con orquídeas, palomas, cucarachas y miñosas, entre otros muchos realizados por él, le inspiraron la formulación de su teoría de la selección natural y prepararon la realización del ?Origen de las Especies?, 1859.

La vida y obra del autor bicentenario siguen siendo hoy objeto de acendrado estudio, investigación y debate, alcanzado el nivel de la transdisciplinaridad. Ese reconocimiento del valor y el significado de su producción contrasta con la discreción del avisado viajero y del erudito investigador, ya que él mismo afirmaba que no era especialista en ninguna disciplina.

Continúan también hoy el estudio y el debate entre el creacionismo, o doctrina bíblica de la creación, y el evolucionismo, proveniente de la selección natural. El Papa Pío XII, en su carta encíclica ?Humani Generis?, 1950, invita y estimula a la profundización de ambas teorías. La Academia de las Ciencias del Vaticano dedicó sesiones extraordinarias al tema en el pasado mes de noviembre. Se afirmó la existencia de pruebas que demuestran la evolución. Se destaca, sin embargo, que el ser humano, el hombre y la mujer, no son el resultado del caos, sino que fueron pensados y amados por el Creador. Una conferencia internacional sobre la conciliación entre la fe y la teoría de la evoluciona ha sido programada por la misma entidad para el próximo mes de marzo. No en vano Darwin también había estudiado teología y era un hombre que amaba el dialogo.

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H. Joaquim Clotet, Rector de la PUCRS

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