27 de enero de 2010 ESPAñA

Juntos, con María, construimos el futuro

Queridos Hermanos: Paz y sabiduría. No queríamos dejar pasar esta oportunidad sin dirigiros al menos unas palabras como grupo de laicos. Aunque nos hemos sentido libres de participar en el capítulo cuando había oportunidad, también es cierto que nos hemos preguntado estos días acerca de la naturaleza de nuestra presencia aquí.

Os expresamos nuestro agradecimiento y satisfacción por invitarnos a participar de este tiempo y foro relevante para la Provincia Mediterránea, así como damos gracias a Dios por formar parte de esta misma mesa y familia en nuestra vida cotidiana.

Somos maristas que podemos ser representativos de tantos que conviven y trabajan con vosotros, aunque formalmente no representemos a los laicos de la provincia. Y éste es un primer punto que vemos como reto: articular la forma en que los laicos maristas nos organizamos como colectivo, de manera que, por ejemplo, nuestra presencia en ámbitos como el Capítulo o Asambleas pudiera ser delegada por los mismos laicos; o que pudiéramos poner en común el discernimiento y la reflexión de los laicos de nuestras presencias. Sabemos que es sobre todo una responsabilidad nuestra poner esto en marcha, pero tal vez podríais iluminarnos un poco, o potenciar desde la animación provincial esta tarea.

Como segunda prioridad, vivimos como un deseo común este ofrecimiento: más allá de una misión compartida o a veces, ?repartida?, deseamos de corazón que contéis con nosotros. Con cariño, pero con interpelación fraterna, creemos que en la obra marista en nuestros países, estamos desaprovechando un importante potencial humano. ?Más haría con 20 buenos maristas que con 30.000 francos?, decía más o menos Marcelino. En este tiempo tener, digamos, 200 personas dispuestas a vivir por un ideal concreto, es un lujo que no podemos pasar por alto. Un ejemplo: si nos incluís en las estadísticas de equipos y comisiones, no entendemos por qué no nos incluís en los promedios de edad. Seguramente la pirámide variaría. Esto es algo demagógico, tal vez, pero un año a los sesenta son los mismos días que un año a los 30.

Tal vez vosotros estáis algo cansados, como nosotros, de oír lo mayores que somos, lo complejo que es todo, lo poco significativa que dicen es nuestra vida? ojalá sean lágrimas como las del pueblo de Abrahán ?llevando las semillas?, porque si no aparentemente no habría fuego bajo las cenizas. Pasa el tiempo y en ocasiones damos muchas vueltas a nuestro ombligo. El mundo necesita hermanos y esperamos activamente a que lleguen, pero muchos ya estáis aquí, convocados por Jesucristo y acompañados de María. Y sois, en presente, semilla, testimonio sencillo, fermento y rostro de nuestro Buen Dios para miles de personas. Y afortunadamente tenéis, en presente, mucho trabajo que hacer ?ahí abajo?. Es donde queremos estar nosotros, a vuestro lado, compartiendo camino y alforjas. Nos duelen y nos preocupan muchas de las cosas que os duelen y preocupan a vosotros, entre otras, tantos niños y jóvenes en situación de pobreza o la vida de familia. Nos alegra y esperanza lo mismo que a vosotros? y si pedimos, es porque queremos exigirnos a nosotros también. Contad con nosotros, para la misión compartida, pero también para la animación vocacional, la animación provincial, la espiritualidad y la transmisión del carisma de Champagnat hoy. Hermanos y laicos en comunión.

Tenemos por delante un tiempo nuevo y espacios continuamente cambiantes que debemos aceptar y asumir con audacia y esperanza, pero también con urgencia. En cierto modo, es una alegría compartir con Champagnat la misma situación que vivió hace casi 200 años: una misión que llevar a cabo en medio de los niños y jóvenes, la necesidad imperiosa de confiar en Dios y pocos recursos humanos para llevarlo a cabo. Tenemos la oportunidad de continuar la vida marista, de construir un nuevo Hermitage sin seguridades.

Os deseamos un feliz final de Capítulo, y le pedimos a la Buena Madre os de la fortaleza y la alegría necesaria para llevar a cabo lo que Dios nos pide hoy.

Un fuerte abrazo de vuestros hermanos y amigos

_______________
Mª José, Fernando, Juan, Rafael, Gian Domenico, Léon, José Antonio, Javier y Arturo
Guardamar (España), 28 diciembre 2009

VOLVER

H. Jim Jolley...

SIGUIENTE

Fiesta y regocijo en la Casa general...