LA NIÑA QUE SIGUE HUYENDO DEL NAPALM

Han pasado más de 30 años, pero la niña continúa corriendo, llorando, gritando. No lleva nada encima, su vestido es el miedo. Por detrás viene, amenazadora, una nube oscura, la del napalm. La niña tiene nueve años y se llama Kim Phuc, el nombre del pueblecito es Trang Bang, a pocos Km de Saigón, el periodo es el de los años de la guerra sucia de Vietnam.
La foto es, únicamente, un punto de partida. Kim ha sobrevivido y, en la actualidad, consigue mostrar con valentía las tremendas cicatrices que el napalm ha dejado en su piel. Pero repite, hasta aburrir, que las heridas peores son las interiores. Todo ello no le ha impedido crecer, amar la vida, convertirse en embajadora de la paz para la UNESCO. ¡Su rostro, su ánimo, su dinamismo nos dicen que lo ha conseguido!
Han pasado 30 dias de la tragedia de Beslán. Los niños que en estos días nos han mostrado los medios de comunicación se parecen a la pequeña Kim. Desde lo más profundo del corazón les deseamos que triunfen, que lo consigan, que puedan continuar amando la vida.
Y, en circunstancias parecidas, todos deberíamos sentir como propios los sentimientos del P. Champagnat cuando murió Juan Bautista Montagne: ?Cuantos muchachos ?exclamó ? se encuentran cada día en la misma situación porque no tienen a nadie…?
Yo, tú, nosotros… podemos hacer algo por los niños de Osetia, por los que viven en nuestro barrio, por los que viven a nuestro lado: ¡Vencer el odio con amor!