2 de abril de 2020 BRASIL

Laicos maristas del ChMMF viven una experiencia solidaria en la Ciudad de México

Los miembros del Movimiento Champagnat de la Familia Marista (MChFM) son laicos y laicas que ayudan a difundir el modo de ser Marista en las comunidades. Este es el caso de Sandro Liech, de la Provincia Brasil Centro-Sul, y su familia, cuya participación fue más allá, traspasó fronteras, y con su espíritu marista, está ayudando a transformar una región periférica de la capital mexicana, a través de un proyecto musical. Llegaron al país en julio de 2019, donde pasarán un año.

A continuación compartimos el testimonio escrito por Sandro, su esposa, Jocimare y su hijo, Otto, sobre esta experiencia.

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“Desde hace diez años, somos miembros del Movimiento Champagnat de la Familia Marista. Y cuando el corazón te dice: ‘Ve y no mires atrás, ve a ayudar a quienes lo necesiten, sé luz, sé un faro y sé un puente’, no puedes permanecer indiferente. Por esta razón, decidimos donar un año de nuestras vidas y, en familia, sumergimos en cuerpo y alma en la misión.

Nuestro campo de acción se encuentra en una de las periferias más marginadas de la Ciudad de México. ¿Los desafíos? Son muchos. Pero lo que alienta y motiva nuestra dedicación es el deseo de ayudar y ofrecer otras alternativas que ayuden a las personas.

Desde que llegamos, estamos trabajando en el Centro Cultural Calmecac. Calmecac era la escuela de los hijos de la nobleza azteca. De ahí el significado de un Calmecac en la periferia, para que la educación de los nobles también esté al alcance de los menos favorecidos. Aquí, atendemos a niños, jóvenes y adultos, de lunes a sábado, de 8:00 a 18:00 horas”.

Nuestro trabajo consiste en administrar este centro cultural y cuidar de los niños, jóvenes, mujeres y ancianos. Ofrecemos clases de música, con ocho tipos de instrumentos. Y para aquellos que no tienen su propio instrumento ofrecemos horarios de práctica. Cada semana atendemos aproximadamente a 130 estudiantes.

En Calmecac, también se ofrecen clases de zumba, yoga, aerostep, capoeira, boxeo, corte y confección, danza árabe, manualidades y primeros auxilios. Es importante mencionar que contamos con el apoyo de las personas de la comunidad. Un promedio de 300 personas vienen al centro cultural cada semana.

Vivir el carisma de Champagnat en un entorno que no es marista es un desafío, ya que tenemos la obligación de seguir a Champagnat aún mucho más y a demostrar con nuestras vidas y propia entrega. ¡La solidaridad no tiene fronteras y la riqueza del carisma Marista es para todos, es para todo el mundo! Ser Marista significa tener un corazón sin fronteras.

En nuestros corazones, llevamos un agradecimiento infinito por la experiencia que nos brindan y nos permiten vivir”.

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