27 de septiembre de 2004 CASA GENERAL

LOS NIÑOS DE LA CALLE RECLAMAN NUESTRA ENTREGA

Existe el tópico de la infancia feliz. Basta abrir los ojos para darse cuenta de que muchos niños viven situaciones dramáticas. En la encuesta: ¿A qué niños debieran prestar más atención los hermanos maristas y sus colaboradores?, se han escogido cuatro realidades punzantes: los niños de la calle, los niños explotados laboral o sexualmente, los niños soldado y los niños enfermos de SIDA. Existen otras posibilidades problemáticas y bien reales, que no han sido abordadas aquí, como los niños que mueren de hambre.

El 66,4% de las 268 respuestas se inclinan por dar prioridad a los niños de la calle, seguido por un 21,60% a los niños explotados laboral o sexualmente. Los niños soldados sólo consiguen un 1,90%, superado ampliamente por un 10,10% por los niños enfermos de SIDA. ¿Cómo explicar estos datos?

Entre las cuatro categorías enunciadas, los niños de la calle responden a una realidad más conocida, más fácilmente detectable, con numerosas posibilidades de intervención y con una mayor sensibilidad social. Los hermanos y laicos han creado algunas respuestas a este problema y existen organizaciones maristas que los atienden en distintos países. Los tres grupos restantes de niños obedecen a situaciones muy específicas y problemáticas que dificultan intervenciones favorables.

Los niños integrantes de estos cuatro grupos no tienen, en la mayoría de los casos, acceso a la escuela. El carisma de Champagnat abre los ojos a estas situaciones y constituye una invitación a dar respuestas creativas desde nuestros lugares de presencia. Existen niños que manejan antes un fusil que un bolígrafo. Otros niños arrastran heridas profundas por su explotación laboral o sexual, o por ser víctimas de la enfermedad del SIDA. La dificultad de intervención no justificaría la ausencia de respuestas.

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