Carta a Marcelino

P. Simon Cattet, Vicario general de Lyon

1837-08-27

Esta carta de Mons. Cattet comunica al P.Champagnat la incapacidad del Hermano Director de la escuela de Neuville, con lo cual el Vicario General tuvo roces. El equilibrio que debía guardar el P.Champagnat ante las presiones morales que se le hacían debió costarle no poco. La carta que nos ocupa es una muestra de un cierto paternalismo en el ejercicio de la autoridad eclesiástica. El Vicario General contraviene, al menos por dos veces en la carta de una manera flagrante, al principio de ?piensa en mí, pero no quieras pensar por mi?.También informa sobre el pedido de Hermanos de un párroco de la diócesis de Viviers. En la diócesis de Viviers, de donde era obispo D.Pierre François Bonnel, los Hermanos ya actuaban en dos localidades, a saber: Boulieu, desde 1826, y Peaugres, desde 1833. Ahora a pocos días de haber escrito esta carta al P.Champagnat, Mons. Cattet recibió del P.Vernet, Vicario General de Viviers, un comunicado que prohibía el establecimiento de los Hermanos Maristas en la diócesis de Viviers. Inmediatamente Mons. Cattet pasó tal comunicado al P.Champagnat que, con mucha humildad, escribió a los párrocos de Boulieu y de Peaugres, comunicándoles la intención de retirar a los Hermanos, en respeto a esa orden. El P.Champagnat también escribió una bella carta al Obispo, D.Bonnel, manifestando su sometimiento (Carta 148, 149 150). Los Hermanos no necesitaron salir de aquella diócesis; el Sr.Obispo hizo excepción de los dos casas ya existentes (Boulieu y Peaugres), y autorizó una nueva (La Voulte). Recordemos que el P.Vernet era el Superior de los ?Hermanos de la Instrucción Cristiana de Viviers?, pequeña Congregación que, más tarde, en 1844, se unió al Instituto de los Hermanos Maristas. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Lyon, a 27 de agosto de 1837.

Muy Señor mío:

El Párroco de lArgentière, de la diócesis de Viviers, me suplica pida a Ud. le envíe Hermanos a su parroquia, en la que hay de 3 a 4 mil habitantes. Le contesto esta tarde que probablemente no tenga Ud. Hermanos disponibles para este curso, pero que examinará Ud. la solicitud y le dará respuesta. En caso de acogerla ya se pondrá de acuerdo con él en cuanto a las condiciones. He hecho ver al Sr. Cura que Ud. se debe en primer término a nuestra diócesis, y que a penas puede Ud. satisfacer nuestras demandas. Sin embargo, Ud. verá posteriormente si podrá atender favorablemente lo que pide en su atenta carta ese digno párroco.

He pasado tres semanas en Neuville por causas de salud; varias veces visité la escuela [marista]. No puedo disimularle, mi querido Champagnat, que el Superior de ahí me ha parecido estar muy por debajo de su puesto y que el establecimiento ha bajado mucho desde que se fue el buen Hermano que daba clase en el Primer Año. El dicho Superior, a quien quise ayudar durante mi estancia en Neuville, quiso, por su parte, embaucarme en una vil intriga que más tarde contaré a Ud. en nuestra primera entrevista. Tuve que hablarle con severidad a este Hermano. Independientemente de su farsa de mal gusto, de la que no dudo ni un instante y que sin embargo para nada me ofende personalmente, me di cuenta de manera evidente de que este hombre es una especie de imbécil que no puede hacer el bien en Neuville. De seguro que Ud pensará en cambiarlo. Convenimos con el Señor Cura de que yo suplicaría a Ud. llamase al Hermano en causa durante las vacaciones. Por otra parte, no deseo sino el bien para él.

Soy, con abnegación, mi querido Sr. Champagnat, su muy humilde servidor. CATTET, v.g.

P.St. Conozco bastante la manera de ser ligera del Hermano Director de Neuville como para hasta ufanarse ante Ud de su conducta y procederes, en el asunto que luego le contaré. Le suplico evite formarse una opinión sobre el tema hasta que podamos entrevistarnos.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 124.14

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