Carta de Marcelino – 269

Marcellin Champagnat

1839-09-13

Contrariamente a la carta anterior al mismo comunicante (N° 253), el Padre Champagnat le hace saber que piensa enviarle Hermanos este mismo año. La fundadora de la que aquí se habla no es otra que la Srta. Esther de Revol. «Guiada por el Sr. Párroco, quiso realizar esta fundación, a pesar de su madre. La mala voluntad de ésta la obligó a comprar el emplazamiento a un particular. Este lugar resultó demasiado pequeño. Sólo se podía ampliar con una pradera perteneciente a la madre. La Sra. Revol llevó su avaricia hasta el extremo de vender a su hija, a un precio muy elevado, una parte de dicha pradera. Después de la venta, llegó incluso a hacer levantar el césped, o sea la mejor tierra. La Srta. Esther hizo construir, sobre este terreno, la casa que los Hermanos han ocupado desde el principio. La construcción de esta casa le costó 7.200 fr.; es de adobe. En total, pues, para la fundación se gastó 25.000 fr., a saber: 16.000 de capital, 8.000 por el terreno o construcción y 1.000 por el mobiliario personal. Una vez construida la casa, la Srta. Esther hizo testamento el 31 de agosto de 1839», legando al municipio la casa, su mobiliario y sus dependencias, para que todo fuera empleado a perpetuidad en la instrucción moral y religiosa de los niños del municipio y «que la escuela fuera dirigida únicamente por los Hermanos de las escuelas cristianas u otros, aprobados por el Obispo diocesano, en comunión con la Iglesia católica romana». (Annales de Bougé-Chambalud, 214.14, p. 4.)

Sr. Párroco:

Me siento avergonzado por deberle mi respuesta desde hace tanto tiempo. No he perdido de vista su escuela, pero circunstancias diversas se han opuesto a que pudiera señalarle antes una fecha para la apertura de las clases. Le envío la nota para el mobiliario de tres Hermanos.
Al finales de octubre o principio de noviembre visitaremos la casa de la escuela y, si todo está a punto, nuestros Hermanos irán, bajo sus auspicios, a ejercer su labor en esa atractiva parroquia para secundar su celo por la educación de la juventud y dar a la virtuosa fundadora de esa escuela el consuelo de ver los efectos de su generosidad.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1, p. 132, n.° 163.

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