Cuatro días después de la muerte del Párroco François Moine (cf. Nº 163) el Sr. Joseph Beneton era nombrado Párroco de Perreux. Continuando la obra de su predecesor, se tomó muy a pecho la obra de los Hermanos. Por otro lado, el Hno. Justin fue remplazado, desde el mes de marzo de 1838, por el Hno. Innocent quien no permanecería en ese destino más que hasta las vacaciones de 1839.
La clase de adultos, establecida de forma provisional por el Sr. Moine, iba, pues, a continuar y el Padre Champagnat, preocupado por la salud de sus Hermanos, creía necesario encomendarla a un cuarto Hermano para descargar de ella a los otros tres, dos de los cuales tenían clase todo el día y el tercero se ocupaba de la casa.
El nuevo párroco parece que no estaba muy al tanto de nuestros reglamentos. El Padre Champagnat lo pone al día.

Sr. Párroco:

Para conformar con nuestras reglas y costumbres la petición que usted nos ha dirigido con fecha del 18 de octubre, le envío un cuarto Hermano para la clase de adultos. No creo posible que un Hermano, después de haber pasado casi todo el día en las clases ordinarias, pueda hacer otra distinta por la noche. La preocupación que tengo por la salud de todos y hasta la prohibición que me hizo Mons. Administrador en parecidas circunstancias, no me permitirían imponerle esa carga. Espero que el municipio, de acuerdo con los jóvenes que frecuenten las clases de la noche, tengan la generosidad suficiente para que este cuarto Hermano no resulte una carga para nosotros. Sobre las observaciones de nuestros Hermanos, debo hacerle notar también, Sr. Párroco, que lo exiguo de nuestro salario no nos permite recibir gratuitamente a los niños de los municipios vecinos. En todos nuestros centros las retribuciones mensuales por dichos conceptos son recibidas por los Hermanos como suplemento para sus escasos recursos. Me han halagado mucho los buenos testimonios que usted me ha dado de los Hermanos. Espero que sigan dándole satisfacción lo mismo que a sus buenos feligreses. Por mi parte, deseo vivamente la prosperidad de su escuela y no descuidaré nada para asegurar su continuidad.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1, pp.142.143, n.° 182.