Carta de Marcelino – 289

Marcellin Champagnat

1839-10

La fundadora de la que nos habla el Hno. Avit, a propósito de la carta Nº 269, «murió algunos días después» de la firma de su testamento, pero nunca antes del 13 de septiembre, como certifica la citada carta. «La inesperada muerte de la funda-dora puso (al Sr. Párroco) en un aprieto. No había previsto nada para la prima, unos 800 fr. El Sr. Revol se los pidió a la anciana condesa, recibiendo de ella una respuesta seca y negativa. Sin embargo pagó los 1.000 fr. para el mobiliario personal, como le había rogado su hija en el lecho de muerte. El consejo municipal votó la prima en dos anualidades». (Annales, 214.14, p. 5.) El Sr. Párroco debía pedir el descuento de la prima y, ante la negativa del Padre, expresada en la carta que vamos a leer, tuvo que buscar otras soluciones.

Sr. Párroco:

Es una pena que la benefactora de su escuela no haya tenido la satis-facción de ver hacerse realidad el piadoso proyecto de una escuela religiosa en su parroquia, pero Dios, que ha exigido este nuevo sacrificio a ese alma generosa, sabrá recompensárselo con creces.
Dentro de algunos días, le enviaremos un Hermano para visitar su escuela. Al mismo tiempo comprará lo más necesario para la llegada de los Hermanos. Con toda sinceridad, querríamos poder hacerle la rebaja que nos pide, porque no son especulaciones interesadas lo que nos mueve. Pero, Sr. Párroco, nuestras actuales necesidades, la carestía de los víveres, la necesidad de llevar un ritmo uniforme y constante en la fundación de nuestras escuelas y otras muchas razones de peso nos colocan en la imposibilidad de hacer ningún descuento.
Sírvase recordar nuestras razones a sus queridos y buenos feligreses; en su generosidad, no dejarán de encontrar remedio a esta pequeña exigencia.
Reciba el homenaje del sincero…

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1, p. 140, n.° 176.

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