6 de mayo de 2016 CASA GENERAL

Mártir en Argel

Con motivo del 22 aniversario de la muerte del hermano Henri Vergès, en Argel, el 8 de mayo de 1994, presentamos unas líneas que ayudarán al lector a seguir recordando a este hermano que hace 25 años entregó su vida al servicio de la juventud argelina. (Word – Rapport du théologien censeur – P. François-Marie Léthel ocd – sur les Ecrits des Serviteurs et Servantes de Dieu présumés martyrs d'Algérie (1994-1996))

Son palabras tomadas de un informe de 12 páginas escrito por el Padre François-Marie Lethel, Carmelita Descalzo, teólogo, a petición del hermano Giovanni Bigotto, por aquel entonces nuestro hermano postulador de la causa de beatificación de los 19 mártires de Argelia. El texto completo puede leerse en el anexo.

Cabe señalar que más de 7 páginas, de las 12 del informe, se refieren a nuestro hermano Henri, conteniendo  muchos extractos de su correspondencia con el hermano Basilio Rueda, Superior General.

“Los escritos del hermano Henri Vergès son principalmente cartas, apuntes de retiros y cuadernos de notas sobre lecturas y reflexiones personales de lo que vio… Todos estos textos nos permiten entrar en la profundidad de su alma y seguir su viaje interior. Se descubre a un hombre excepcional, notable por su inteligencia, su cultura, su prudencia y equilibrio, pero sobre todo por la profundidad de su vida interior totalmente animada por la fe, esperanza y caridad, vividas con una intensidad suprema, en ese nivel de “alta tensión” de la vida mística (Cf San Juan de la Cruz). (p. 4)

Al leer el conjunto de los escritos del hermano Henri, uno queda impresionado por la persistencia de su caminar hacia la santidad, vivida siempre con profundo sentido de Iglesia y de la Comunión de los Santos. Los primeros textos se remontan al pontificado del Venerable Pío XII (Cuaderno A). Después, vemos cómo vio el gran acontecimiento del Concilio Vaticano II, con los pontificados del Beato Juan XXIII y del siervo de Dios Pablo VI, y después, al final de su vida, el pontificado del Beato Juan Pablo II. Desde este punto de vista, el hermano Henri es un importante testigo de la mejor “hermenéutica de la continuidad” que evidencian todos los santos, y especialmente aquellos que han vivido antes y después del Concilio.

Se podría decir que su espiritualidad, como la del Beato Juan Pablo II, es esencialmente cristocéntrica y mariana. La Eucaristía es el corazón de su vida diaria. Eucaristía que es, inseparablemente celebración, comunión y adoración. Al no ser sacerdote, no siempre tendrá la posibilidad de participar a diario en la celebración, pero no dejará de recibir la comunión. Hermanito de María, hijo de San Marcelino Champagnat, vive personal y profundamente la dimensión Mariana de su vocación de hermano de la enseñanza. Así, copia un texto de su fundador en el cuaderno: “un auténtico Hermano de María no se conforma con amar y servir a esta augusta Virgen; se esfuerza, además, en hacerla amar y servir por todos sus alumnos, y emplea todos los medios que le sugieren su celo y piedad para infundirles respeto profundo, confianza sin límites y amor filial hacia esa divina Madre. La devoción a María necesita difundirse, y es una prueba de carecer de tal devoción si no se trata de comunicarla, y se tiene escaso celo para extender y propagar el culto de la Santísima Virgen”. 

En sus escritos y especialmente en sus cuadernos, descubrimos una profunda vida espiritual que nunca se separa de la vida intelectual. Porque este hermano educador es un intelectual de nivel universitario, licenciado en filosofía. En su muy importante y confidencial Carta al Superior General de 1978, que es como una breve autobiografía (en respuesta a la circular “Fidelidad”), escribió: “He podido terminar mi licenciatura en filosofía, guiado por un maestro incomparable, Aimé Forest, el filósofo del “consentimiento”. "Esta palabra tiene un eco en mí: “fidelidad” pase lo que pase, cueste lo que cueste”.

Aimé Forest es un buen ejemplo del filósofo cristiano. Su libro más característico es precisamente del consentimiento al ser. Su influencia sobre el hermano Henri era seguramente muy profunda porque este auténtico componente filosófico está continuamente presente en sus cuadernos. En el Cuaderno negro, cita a Forest (n. 247), Bergson (n. 257) y sobre todo a Jean Guitton (n. 250) y a Jacques Maritain (n. 190ss) que estaban muy cerca de Pablo VI. Las citas más frecuentes numerosos y más características son textos de Pablo VI. Esto es muy importante, porque es signo del gran amor a la iglesia que anima la vida del hermano Henri, la profundidad de su fe y de su inteligencia y la rectitud de su pensamiento. Uno queda sorprendido por la comunión interna entre este santo religioso marista y este gran santo Papa que, después de haber llevado al Consejo hasta su clausura, tuvo que cumplir con su misión de gobernar la iglesia en los años más difíciles de la crisis postconciliar (1968-1978). 

El hermano Henri cita particularmente las palabras de Pablo VI a los religiosos con las que les indica el camino de la auténtica renovación querida por el Consejo, poniéndolos en guardia contra las ideologías de la contestación y de la ruptura.

De Pablo VI también conserva la enseñanza sobre la alegría cristiana: “la alegría es la nota característica y esencial de la vida cristiana, el estado de gracia, como bien saben. Un cristiano puede perder todo, pero si está unido a Dios en fe y caridad, no puede perder la alegría. (Pablo VI, 19.V.65: n. 141). Su profunda espiritualidad mariana conecta con la del Papa: “si somos cristianos, debemos ser marianos, es decir, que tenemos que reconocer la relación esencial, vital, providencial que une a María con Jesús y que nos abre el camino que conduce a él. Paul VI. (n. 376) ».

Deseo que estas citas susciten, en el lector, ganas de descubrir otras páginas que presenta el anexo y que revelan la rica personalidad del hermano Henri, como religioso-educador.

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Hermano Alain Delorme, Saint-Paul-Trois-Châteaux

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