10 de enero de 2012 CASA GENERAL

No sabemos las consecuencias de un ?sí?

La celebración de los 195 años se hizo en el hall de entrada del primer piso, con la presencia de los hermanos del Consejo General, los hermanos de la comunidad, algunos hermanos de San Leone Magno, una hermana del Sagrado Corazón, una pareja brasileña, un laico, profesor de Chile y los capellanes. Como nos dijo el hermano Emili: “Estamos todos”, representando la amplitud del carisma y misión Marista. La misa fue concelebrada por los cuatro sacerdotes.
En el momento de la homilía, el hermano Emili Turú nos dirigió unas palabras:
Primero hizo alusión a nuestros orígenes: Fue un jueves el 2 de enero de 1817. Orígenes nada fáciles. Empezando por la edad: Juan María Granjon tenía 23 años, Juan Bautista Audras 15 y Marcelino 28. La casa de La Valla, llamada “Bonnaire”, cobijó a los primeros hermanos, quienes se dedicaron a la oración, al trabajo de hacer clavos y al estudio, aprendiendo a leer y escribir; sobre la vida religiosa, su ignorancia era realmente grande. Y la dificultad de la perseverancia de los primeros hermanos: 50%. Y nos recordó el H. Emili cómo Juan María Granjon, siendo el primer hermano, no sólo dejó el Instituto, sino fue expulsado.
Luego nos dijo que “no sabemos nunca las consecuencias de un ‘sí’”. Nos recordó al hermano Néstor Quiceno, fundador de REMAR, e incluso al Padre Champagnat y María. Nadie imagina lo que un sí puede arrastrar en consecuencia.
Nos recordó el significado de la mesa de La Valla, que expresa el don que Dios nos ha dado a través de San Marcelino.
También hizo alusión al Evangelio (Mt 18, 1-6) leído en la celebración: nos invita a ser como los niños y a acogerlos como Jesús.
Por último el H. Emili nos habló de su próxima primera circular, que se enlaza con la tradición que viene de San Marcelino, es la 412. El término ‘circular’ hace referencia a la mesa circular, a la comunicación de aquellos que “pertenecen al mismo grupo”. Este ha sido un símbolo fuerte en el Capítulo general, e incluso en el Instituto, de escucha, de diálogo. Emili desea que dicha circular sea una ayuda a continuar construyendo familia, a mantener un diálogo abierto y constructivo.
Explicó brevemente la circular “Nos dio el nombre de María”, sus partes: “¿Qué nos está pasando?”, “Llamados a construir el rostro mariano de la Iglesia”, “Tres iconos para una iglesia de rostro materno”: el de la visitación, con el icono de la Virgen con delantal: en actitud de servicio; el de Pentecostés: fuente del pueblo de Dios; y el de la Anunciación: la belleza salvará al mundo. Y la última parte: “María, aurora de los nuevos tiempos”, que nos invita a construir una Iglesia con rostro mariano. Tenemos ejemplos de hermanos, como Émile François, muerto en Beijing en el 2005. Hermanos que vivieron como él, en situaciones nada fáciles, su vocación de hermanito de María. Por ello, al final de sus palabras, el Superior general nos dio la imagen de Nuestra Señora de China, cuyo original lo tenemos aquí en Roma, recibido de manos de uno de los actuales líderes de la Iglesia en ese gran país. “Que Ella sea recuerdo de los que nos han precedido en la fe y estímulo de nuestro compromiso”.
Al final de sus palabras, el hermano Emili firmó la circular. Y por la noche, los amigos brasileños del H. Teófilo Minga, la pareja Zoltan e Iracema Paulinyi, nos deleitaron con piezas de música clásica, con el violín y la viola, y el fagot, respectivamente.

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