14 de enero de 2014 SUDáFRICA

Presidente Nelson Mandela

Durante el apartheid, todos los sudafricanos eran clasificados según su raza y grupo étnico. De esta clasificación también dependía la asignación de áreas residenciales y establecimientos. Razón por la cual, en el país, había escuelas para niños blancos, indios, mestizos, hablantes de Zulú y de Xhosa. Las escuelas para blancos eran, por lo general, las que tenían los profesores más calificados y las mejores instalaciones. Durante años, los líderes de las escuelas católicas analizaron la posibilidad de admitir en sus escuelas a todos los estudiantes, independientemente de la clasificación del gobierno. A mediados de los años setenta, algunas escuelas católicas y otras exclusivas para blancos empezaron, finalmente, a aceptar a todos los niños, sin tener en cuenta su clasificación racial. Las escuelas de los Hermanos Maristas en Sudáfrica hacían parte de este grupo. Hacia 1990, después superar las amenazas iniciales de clausura y tras años de intensas negociaciones, el gobierno apartheid cedió, permitiendo que niños de raza negra fueran admitidos sin trabas en escuelas anteriormente conocidas como escuelas de blancos. Para ese momento, el Colegio del Sagrado Corazón, una de las tres escuelas maristas en Johannesburgo, ya contaban con un número importante de estudiantes de raza negra. 

El rector de la escuela en ese momento era el Hermano Joseph Walton, actualmente Provincial de la Provincia de África del Sur. 

Después de un mes de la partida de Nelson Mandela queremos recordarlo con una entrevista al Hermano Joseph, quien nos contará de la relación entre los maristas y Nelson Mandela.

 

Hno. Joseph, ¿era usted el rector del colegio Sagrado Corazón de Johannesburgo cuando los nietos del Sr. Mandela estudiaban en dicha institución?

Si, y recuerdo incluso cuando inscribieron a sus nietos en febrero de 1991. La Sra. Winnie Mandela y su hija Zinzi fueron a la oficina principal para que yo les hablara del Colegio del Sagrado Corazón. Al día siguiente, los tres niños vinieron a presentar el examen de admisión y fueron debidamente matriculados. Este fue el inicio de una muy buena relación con la familia.

 

¿Recuerda cuántos de nietos de Mandela estudiaban en la escuela? 

Eran tres al principio, pero el número aumentó en el transcurso del año. Yo creo que en algún momento llegamos a tener 8 nietos de Nelson Mandela al mismo tiempo.

 

¿El Sr. Mandela llegó a visitar la escuela?

Fuimos muy afortunados de recibir varias visitas del Sr. Nelson Mandela en nuestra escuela. Mandela vino a la escuela antes de que fuera presidente de Sudáfrica y después de haber sido elegido presidente. Algunas de sus visitas eran informales y otras respondían a invitaciones a acontecimientos especiales. Él también se hacía presente en los eventos en los que participaban sus nietos. Le encantaban los niños y se deleitaba al ver que niños de diferentes razas estudiaban juntos en el Colegio del Sagrado Corazón. Era ver que uno de los sueños que tenía para Sudáfrica se había convertido en realidad.

 

¿Puede contarnos de una o dos de sus visitas a la escuela?

Muchas de sus visitas al Colegio del Sagrado Corazón fueron especiales para nosotros. Recuerdo la primera vez que vino. Estuvo en la escuela un sábado por la mañana, entre reuniones oficiales, para ver a sus nietos en una gala de natación. En ese momento él estaba negociando un acuerdo para las elecciones. En otra ocasión, Mandela fue a la escuela para asistir a un concierto pero llegó con mucha anticipación porque su nieto le había dado mal el horario, así que me llamaron para que fuera al campus de la escuela primaria y le hiciera compañía mientras empezaba el concierto. Él se mostraba siempre muy interesado en la escuela y en la educación que brindábamos. Justo en ese momento acabábamos de lanzar un programa educativo de estudios integrados y él, por así decirlo, me examinó sobre el programa.

En otra ocasión, cuando ya era presidente, vino sin ser anunciado a una reunión de padres de familia. Esta es una reunión en la que los profesores explican a los padres de familia las diferentes expectativas durante el año escolar. Nelson y Graçia Machel vinieron, acompañados de varios guardaespaldas, para reunirse con los profesores de sus nietos. Estuvieron en una clase de tercer grado y se mostraron muy interesados en la enseñanza de la lectura. Después de la reunión, Mandela se dio cuenta que había otra pareja de abuelos en la escuela así que terminó invitándolos a su casa para tomar té.

En otro momento el Sr. Mandela pasaba frente la escuela para ir a visitar a una de sus hijas pero al ver a un grupo de niños que jugaba en el campo de fútbol, le dijo al chófer que lo llevara hasta allá. Él se bajó del auto para hablar con los estudiantes y recordarles la vital importancia que tiene la educación. 

Recuerdo que también fue invitado a un espectáculo musical del último año de la escuela primaria que se llamaba “Bugsy Malone”. Este empezaba con una escena de “gánsters” que entraban como locos llevando pistolas de juguete. Los guardas de seguridad de Mandela, que estaban en el pasillo, se precipitaron para ver si el presidente estaba bien. Tuvieron que detener el musical por un momento hasta que todo volvió a la normalidad.

Podría contarle muchas más anécdotas de las visitas de Nelson Mandela a la escuela, pero quisiera terminar con esta. Al final de un año escolar tuvimos nuestro concierto de villancicos anual. Para tal evento, solemos ir a la parroquia más cercana porque la nuestra no tiene capacidad para muchas personas. Media hora antes que empezara el servicio, recibimos un mensaje diciendo que el Presidente iba a asistir. Los guardas de seguridad fueron a inspeccionar el lugar y sugirieron donde se debía sentar él. Más tarde, Mandela fue a escuchar los villancicos navideños, rodeado de los niños de la escuela primaria. Había muy pocos guardas pues él era un hombre sencillo. 

Estas describen simplemente algunas de las visitas de Nelson Mandela al colegio. Comentaré quizás una anécdota más. La escuela hizo un llamado a todos los padres de familia para recoger fondos con el fin de instalar una nueva reja de seguridad alrededor del terreno de la misma. Inmediatamente después nos enteramos que Nelson Mandela había conseguido a un donador que iba a pagar por la reja y por su instalación. También fui muy afortunado de haber sido invitado a la toma de mandato del presidente Mbeki cuando Nelson Mandela terminó su periodo presidencial. La invitación vino directamente desde la oficina del Presidente Mandela.

 

¿Cuál es su impresión de Nelson Mandela?

Cuando estaba en presencia de Nelson Mandela me sentía a gusto ya que él tenía una manera increíble de comunicar con la gente. Cuando pasaba por la escuela se detenía para hablar con todos los que veía ya fueran profesores, aseadores, o trabajadores, para decirles que lo mucho que le alegraba verlos. Hacía que las personas se sintieran a gusto consigo mismas. Él nunca vio la presidencia como algo que le daba superioridad ante los demás sino como una oportunidad para servir a los demás. Era un hombre muy sensible a quien le preocupaba la gente y quien mostraba mucha compasión por el bienestar de todos. No podíamos sino sentir que estábamos en presencia de alguien muy espiritual, porque hacía que todos se sintieran bien y especiales. Nos entristecía que terminaran sus visitas, aun si cada vez que venía se alteraba el ritmo de todas las clases. Qué buenos momentos pasamos y qué recuerdos maravillosos tendrán de por vida, los niños que lo conocieron.

 

En la amistad que tuvo con el Sr. Mandela, ¿qué fue lo que más le impactó de él?

Creo que su amor y respeto por las personas, especialmente por los niños. Su creencia que la educación puede liberar a un pueblo de la pobreza y contribuir al desarrollo de un país.

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H. Joseph Walton entrevistado por H. Jude Pieterse

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