4 de diciembre de 2006 ITALIA

Protagonismo juvenil en las más variadas culturas y expresiones religiosas

Entre los días 4 y 8 de noviembre, se celebró en Asís el Encuentro Interreligioso Juvenil, organizado con motivo del 20o aniversario del Día Mundial de Oración por la Paz, que comenzó el 27 de octubre de 1986. Como representante de los jóvenes católicos de Brasil estuvo allí Lucas Pydd Nechi, animador pastoral del colegio marista de Curitiba. Aquí va su crónica.

Hace veinte años, el Papa Juan Pablo II tuvo la valiente idea de invitar a los principales líderes de las grandes tradiciones religiosas a un encuentro en Asís, tierra de San Francisco, y allí rezaron juntos, de acuerdo con sus credos, por la paz en el mundo. La importancia de aquel encuentro de 1987 fue tan grande que de allí surgió el llamado ?espíritu de Asís?, como representación del esfuerzo de todas las religiones para construir un mundo más armonioso.
Ahora el espíritu de Asís se hizo sentir nuevamente, con la presencia de 100 jóvenes de 14 religiones, que compartieron experiencias únicas y esfuerzos en nombre de la paz. Directamente procedente del colegio marista Santa María de Curitiba, allí estaba yo, con muchas cosas que contar sobre cómo construimos la paz y una vivencia de espiritualidad concreta los de la Pastoral Juvenil marista.

Pasamos los días 4, 5, 6 y 7 de noviembre en Asís. Tuve allí la oportunidad de conocer a muchos jóvenes que son ejemplo de protagonismo juvenil en las más variadas culturas y expresiones religiosas del mundo entero. Compartimos proyectos de paz y solidaridad, aprendimos cosas de la hermosa vida de San Francisco de Asís y Santa Clara, su primera seguidora; experimentamos, en fin, el espíritu de Asís en los mismos lugares santos donde nació.
Durante toda nuestra estancia en esa bella localidad, construimos un mensaje para los jóvenes del mundo, basado en aquello que estábamos compartiendo. Tengo que destacar la noche de las presentaciones culturales, donde cada país podía expresar un poco de su cultura. Puedo asegurar que me esforcé para representar a Brasil, junto con Michele, la chica de Porto Alegre que estaba en el encuentro representando a la ACM (Asociación cristiana de muchachos). Cantamos y bailamos, demostrando que no éramos profesionales ni tampoco estábamos muy coordinados, pero dejando bien claro que los brasileños sabemos divertirnos y vivir sin tener vergüenza de ser feliz.

Ya el día 8, en Roma, llega el momento que todos aguardaban. Debidamente vestidos de acuerdo a las culturas respectivas, partimos para la plaza de San Pedro del Vaticano, a la esperada audiencia con Benedicto XVI. En una grata mañana de oración, sentimos bien cerca al Santo Padre, que durante su charla bendijo nuestro encuentro y con ello a toda la juventud del mundo. Incluso sin efectuarlo directamente en mano, pude entregar una carta de nuestros estudiantes de la PJM para el Papa. Sin duda fue un momento único, en el que al mismo tiempo alimenté mi fe e intenté del mejor modo posible reunir todos los corazones de la juventud de Brasil en aquel lugar.

Después del encuentro todavía pude pasar unos días en la Casa General Marista de Roma. Realmente esa casa desborda de carisma marista. Al final, después de tantas experiencias distintas de fe pude reconocer la importancia de tener una IDENTIDAD cristiana y marista consolidada. Vuelvo a mi país con el desafío de que hay mucho que construir en nombre de la paz, pero con la certeza de que lo que vivimos en nuestros trabajos pastorales juveniles de nuestros respectivos lugares es algo único y altamente valioso, principalmente por lo que se refiere a nuestra afectividad y ternura marista.

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