Después del referéndum para la independencia de Timor Oriental en agosto de 1999, el ejército de Indonesia y los grupos de la milicia local, al retirarse del nuevo país, saquearon y destruyeron muchas casa, escuelas y edificios públicos. Mucha gente, comprendidos los que trabajaban para la Iglesia fueron asesinados. Dejaron que los habitantes del país comenzaran su nueva independencia con un país en ruinas.
Las Naciones Unidas están atareadas en este momento en la reconstrucción de las estructuras políticas, sociales y económicas. Sin embargo, se ha dejado a la Iglesia Católica el cuidado de reemplazar o restaurar y hacer que funcionen la mayor parte de los centros de enseñanza y de educación.
Los Hermanos Maristas, fundados por san Marcelino Champagnat, llegaron al país Invitados por el Obispo Basilio do Nascimento, de la diócesis de Bacau, al este del país. En este momento los Hermanos están trabajando en 74 países, Timor Oriental siendo su fundación más reciente.
El Obispo do Nascimento ha pedido a los Hermanos que emprendan dos prioridades en la educación. Primero, establecer de nuevo los cursos de enseñanza y de tomar la responsabilidad de un centro a Bacau. Antes de la independencia, la mayor parte de los profesores de Timor eran indonesios. Su partida inesperada dejó a las instituciones de enseñanza con pocos profesores a todos los niveles. Para ese proyecto, los Hermanos Maristas han recibido ayudas económicas de donativos particulares y de las diócesis de Australia. Este Centro está abierto en estos momentos y está formando profesores de Timor en el medio rural y también en Bacau.
El segundo proyecto encomendado a este grupo internacional de Hermanos Maristas ? Los Hermanos son de Australia, de Brasil, de Nueva Zelanda y de Portugal ? ha sido muy difícil de planificar y de financiar. La mayor parte de las escuelas del país están en ruinas. El Obispo ha pedido a los Hermanos Maristas que restauren y desarrollen una escuela en la ciudad de Laclubar. La región es montañosa, los caminos de barro y los desplazamientos son muy difíciles. Los Hermanos viven con la gente y trabajan en la restauración de los edificios de la escuela que existía y a crear un centro profesional agrícola para formación de los jóvenes, preparándoles de esta manera a regresar al ambiente de sus aldeas con la formación y las competencias que necesitan para ayudar a su gente. Los Hermanos tienen muchos problemas para poder financiar este centro porque las organización benefactoras comienzan a poner sus ojos en otras partes lejos de Timor Oriental.
Los deseos y la esperanza del pueblo de Timor Oriental y la Comunidad de los Hermanos de Laclubar son que el proyecto de restaurar una escuela primaria y secundaria para los niños de la aldea y de establecer un pequeño centro profesional para los jóvenes adultos, se haga realidad en 2002. Eso sería dar vida al ideal de san Marcelino, el de permitir a los niños y a los jóvenes de las zonas rurales, sobre todo a los menos favorecidos, poder reclamar una nueva vida.
(Hermano Steven Bugg, Superior del Sector, Boletín del BIS, marzo 2002)

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