11 de julio de 2008 ECUADOR

?Recreando juntos la vida marista?

En Quito estamos viviendo una experiencia internacional sobre procesos de formación conjunta de hermanos y laicos del área lingüística hispano-portuguesa, que durará todo el mes de julio. Somos 21 maristas pertenecientes a 14 unidades administrativas: 10 hermanos y 11 laicos; de los cuales, 7 son mujeres:

Amazonía: Valdir Gobatto, hermano.
América Central: Luis Carlos Gutiérrez, hermano, y Sergio Pérez, laico.
Brasil Centro Norte: Wagner Cruz, hermano, y Rita Rocha, laica.
Brasil Centro Sul: Anacleto Peruzzo, hermano, y Lúcia Coelho, laica.
Compostela: Carlos Hernández, hermano.
Cruz del Sur: Marcos Denevi, laico.
Ibérica: Ernesto Tendero, hermano.
L?Hermitage: Jaume Parés, hermano.
Mediterránea: Juan García, laico.
México Occidental: Cecilia Cortez, laica.
Norandina: Cristina Ángel y Claudia Rojas, laicas.
Paraguay: Francisco Romero, hermano.
Río Grande do Sul: Sérgio Schons, laico.
Santa María de los Andes: Mónica Aguirre, laica.
Secretariado de Laicos Ampliado: Pau Fornells, hermano, y Ana Sarrate, laica.
Centro de Espiritualidad El Escorial: Javier Espinosa, hermano.

El objetivo principal de esta experiencia es capacitar a un grupo de hermanos y laicos para impulsar procesos de formación conjunta en las diferentes unidades administrativas del Instituto.

Esta primera semana ha sido dedicada a la integración y motivación de los participantes, apuntando a los grandes ejes de estos procesos formativos, alternando lo personal y lo comunitario: fe personal y espiritualidad común, vocación específica y vocación marista, relación con los otros y vida comunitaria, misión personal y misión compartida, formación personal, específica y común.

El primer día fue de bienvenida y organización, recordando los objetivos de la experiencia y motivando las actitudes básicas para vivirla en profundidad. El H. Seán envió una carta de apoyo, en la que animaba ?a soñar, a cuestionarse y a impulsar la imaginación?.

El segundo día se dedicó a diversas dinámicas de presentación personal y a conocer la realidad histórica de la bella capital ecuatoriana, Quito, visitando el centro colonial, proclamado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Al día siguiente se compartieron las actitudes con las que llegábamos a esta experiencia, así como lo que deseábamos vivir estos días y nuestra disponibilidad al respecto. Por la tarde pudimos conocer la realidad de cada una de las provincias y distritos sobre los logros y las dificultades del caminar juntos, hermanos y laicos. El H. Pau Fornells, expuso a continuación su visión global sobre la situación del Instituto, respecto a este tema.

El cuarto día, viernes 4, se dedicó íntegramente a fundamentar toda esta experiencia formativa conjunta sobre la Misión Marista. El objetivo final de toda formación conjunta marista no es otro que la Misión misma. Los participantes nos dividimos en grupos para participar durante un día de cuatro experiencias misioneras que se desarrollan en la ciudad de Quito y alrededores: Escuela marista y su inserción en un barrio muy pobre, un centro para jóvenes con capacidades especiales, otro centro para niñas y jóvenes en situación de riesgo, y una comunidad marista inserta en un barrio popular, apoyando la pastoral juvenil parroquial y otras actividades educativas y de organización popular.

El sábado 5 se dedicó a leer, desde Dios, las experiencias misioneras vividas el día anterior y a conectarlas con el proceso formativo personal y conjunto: cómo la misión afecta a la fe, la vocación, las actitudes vitales y la vivencia comunitaria. Se concluyó el día organizando las pequeñas comunidades o grupos de vida para profundizar la experiencia y teniendo la eucaristía conclusiva de esta primera parte del proceso de integración.

El domingo se dedicó hacer una síntesis personal y grupal de la semana. La evaluación fue muy positiva y se destacó el gran ambiente comunitario y la profundidad de los primeros intercambios. Por la tarde, nos dedicamos a hacer un poco de turismo, visitando la Mitad del Mundo, también llamado Punto Cero: lugar a 14 km. de Quito, donde pasa la línea ecuatorial y dónde en el siglo XVIII tuvo lugar la primera medición del meridiano terrestre. Todos pudimos hacernos la clásica foto con un pie en el hemisferio norte y el otro en el hemisferio sur.

Seguiremos informando puntualmente sobre esta hermosa experiencia marista de formación conjunta.

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