Releer la propia historia para descubrir en ella los signos del amor de Dios
Los miembros comprometidos, activos y simpatizantes de La Valla, así como cristianos comprometidos de la parroquia estaban invitados a participar en esta jornada, sobre el tema de ?Misión compartida?: unas cuarenta personas, tanto jóvenes como adultos, aprovecharon esta ocasión para ?constituirse?.
En el espacio de la mañana, el Hermano Maurice BERQUET, Consejero General, en una primera intervención, situó los fundamentos espirituales de la misión:
* descubrir o redescubrir el amor que Dios nos tiene y que se nos da a cada uno personalmente,
* Dios habla a través de su Palabra, pero también lo hace mediante signos. Esos signos hablan al que está atento a ellos.
El Hermano Maurice invitó a los participantes, durante un tiempo personal, a releer su propia historia para descubrir en ella los signos del amor de Dios.
En una segunda intervención, presentó la misión compartida de hermanos y seglares en el Instituto. Juntos todos ellos tratan de vivir hoy, en el mundo, el carisma de Marcelino Champagnat y de testimoniar el amor de Dios por los niños y los jóvenes especialmente los más desatendidos. Mediante una proyección de fotografías nos hizo descubrir algunas experiencias en el campo de la misión. Enseguida se pusieron de relieve algunos valores maristas: la presencia, la sencillez, el espíritu de familia, el amor al trabajo, la delicadeza como actitud mariana.
Después de la comida, Jean-Marie ROMANN, seglar, animador de la zona pastoral de Mulhouse, presentó la misión compartida de Iglesia en el seno de la zona de Mulhouse: una Iglesia en movimiento ? remodelación pastoral personal y eclesial ? mi lugar como bautizado, nuevos caminos ? ámbitos de experimentación, de adaptación, lugar y misión de La Valla en la iglesia local.
Esta rica jornada terminó con la Eucaristía parroquial celebrada por el canónigo Rodolphe VIGNERON, antiguo vicario episcopal de la zona Mulhouse.
Fue una alegría tener, en esta primera convivencia, al Hermano Maurice BERQUET y al canónigo Rodolphe VIGNERON, puesto que los dos han acompañado a la Comunidad desde su fundación, en 1996, un verdadero símbolo en estos momentos en que La Valla-Mulhouse aborda una nueva etapa: el reconocimiento por monseñor Doré, arzobispo de Estrasburgo, como Asociación privada de fieles.