5 de enero de 2024 LíBANO

Seis meses como voluntario junto a los refugiados en Líbano

Margaret Beauty Mpalula, de la Provincia de África Austral, realizó una experiencia de voluntariado internacional en el Proyecto Fratelli, en Líbano. Ella es de Zambia. En su testimonio, que publicamos a continuación, Margaret habla de lo que la motivó a hacerse voluntaria marista, de su experiencia de vivir en una comunidad marista internacional durante seis meses (del 26 de mayo al 18 de diciembre de 2023), y lo que ha aprendido a través del proyecto Fratelli.

——————————————-

Mi motivación para hacer voluntariado fuera de mi país era marcar la diferencia en la vida de otra persona. Había oído hablar a los Hermanos Maristas del Proyecto Fratelli, una colaboración de dos institutos hermanos (De La Salle y los Maristas). Como me tocaban seis meses de vacaciones, me pareció que aceptar el reto de este programa de voluntariado era lo correcto.

El proyecto atiende a los refugiados sirios que huyen de la zona de guerra y les presta el apoyo necesario, ya que muchos de ellos no disponen de documentación sobre su identidad u origen, por lo que no tienen acceso a las escuelas públicas oficiales del Líbano. El proyecto ofrece asistencia a través de programas como jardín de infancia, apoyo escolar y alas para volar para la transición a las escuelas públicas. Además de velar por el bienestar de los niños, el proyecto también ofrece programas de alfabetización, formación en TI, habilidades para la vida como cocina, mecánica de automóviles, peluquería, sastrería y diversos programas empresariales y psicológicos.

Desde que llegué el 26 de mayo, me uní a la comunidad marista de 4 hermanos y 4 laicos, y ésta ha sido mi comunidad de acogida hasta la fecha; y participé con mente abierta y vivo interés en todos los horarios que se nos daban, por ejemplo, las oraciones de la mañana y de la tarde, las tareas domésticas, las reuniones comunitarias de los sábados, la misa de los domingos y las fascinantes excursiones que se nos concedían a diversos lugares significativos. Estas actividades constituían el día a día de un Voluntario Marista.

Momentos significantes y palabras clave

Uno de los momentos más significativos de mi experiencia fue la interacción con los jóvenes.  Tuve la gran oportunidad de interactuar con los jóvenes, especialmente durante las clases de alfabetización, escuchando a las chicas contar sus historias personales sobre temas sociales como los matrimonios a temprana edad, la higiene y los embarazos. Estar presente y relacionarme con estos niños me aportó muchos aprendizajes y atrajo mi fe y compasión para empatizar con sus diversas situaciones y necesidades. Simplemente puedo decir que ha sido una experiencia humana que ha merecido la pena y que me ha abierto los ojos ante algunos de los retos sociales que daba por sentados.

Las palabras y conceptos clave de mi experiencia son fe, modestia, misión, servicio, voluntariado y experiencia. En resumen, siento que es mi fe la que me ha permitido colaborar con los Hermanos Maristas en Zambia, y ahora, por extensión de mi misión, con el Programa de Voluntariado Marista. La experiencia que viví aquí me insta a comprometerme plenamente como voluntario en una iniciativa fuera de mi país de origen, abrazando una vivencia modesta en términos de sustento mientras enfrento diversos desafíos sociales en la vidaAgradezco haber estado aquí y espero haber sido de ayuda para el proyecto, la comunidad, los colegas y las personas con las que he interactuado.

Quizás no tenga las palabras correctas para describir el impacto de mi tiempo como voluntaria aquí. Sin embargo, mis sentimientos me llevan a mi experiencia con la gastronomía local y española, así como a la vibrante y solidaria comunidad llena de alegría. Quiero agradecer a todos, al director del proyecto, al superior, a los hermanos, al personal de Fratelli y, por supuesto, a los colegas voluntarios de otros países por esta maravillosa oportunidad intercultural y racial de trabajar juntos, por su amabilidad y por compartir herencias culturales. El clima me preocupaba, pero gracias a Dios me adaptéDisfruté mucho de la experiencia, a pesar de no entender árabe, regreso siendo una persona diferente, al haber adquirido nuevos conocimientos y significados.

Una experiencia excepcional y transformadora

Son varias las lecciones que he aprendido durante esta oportuna experiencia. En pocas palabras, me gustaría decir simplemente que he aprendido que prestar un servicio voluntario tiene satisfacción y sentido. El mundo sólo puede ser mucho mejor si el servicio a los demás a través de la misión se hace con la oración, el trabajo en equipo, la diversidad cultural, y la capacidad de recuperación, incluso en circunstancias difíciles y desafiantes como la guerra, siempre conduce a un mayor dinamismo en la vida. En otras palabras, mi experiencia fue sana, emocional, social, espiritual y culturalmente edificante, y me voy siendo una persona nueva.

La vida y la misión Marista es transformadora, en pocas palabras: orante; responsable; observadora; solidaria y sentido de pertenencia. A través de mis observaciones y experiencias me volví más devota, responsable y, al mismo tiempo, receptiva. Encontré sentido en el cuidado de las necesidades y el bienestar de los demás, lo que me proporcionó una actitud positiva hacia los demás y un sentimiento de pertenencia. Al marcharme a mi país, una parte de mí permanecerá aquí y también me llevaré conmigo muchas experiencias positivas que han hecho de mi vida una mejor persona.

A pesar de la temperatura alta y húmeda que me hizo tardar en adaptarme, la dificultad lingüística, el árabe, fue un reto para mí e impidió que me comunicara de forma significativa con las personas con las que me encontraba, por no hablar de los compañeros, excepto los que tenían un nivel medio de inglés o algunos conocimientos básicos. Sin embargo, estar físicamente juntos en el mismo entorno, compartiendo los alimentos, era un sentimiento de pertenencia y fomentaba una comunión universal.

He apreciado mucho esta experiencia de voluntariado marista y creo que ha dejado una huella indeleble en mi mente y en mi corazón de tal manera que no dudaría en animar a otros que quisieran emprender el servicio voluntario fuera de nuestro país. La experiencia por sí sola tiene una miríada de aprendizajes y orientaciones para la vida, así como las virtudes cristianas de Esperanza, Paz y Amor que son los ingredientes más profundos de la vida en la persona.  Mi oración es que el Proyecto de Voluntariado Marista siga tocando muchos corazones llamados a servir, especialmente a las personas beneficiarias.

VOLVER

East Asia: Asamblea de los Hermanos del Secto...

SIGUIENTE

La Provincia de Compostela celebra su 20 aniv...