20 de noviembre de 2008 GHANA

Signos vivos de la ternura del Padre

Desde que regresé del seminario de Espiritualidad Marista en Nairobi, he estado hablando constantemente de Agua de la Roca a hermanos y laicos, e incluso fui invitado a presentar un informe sobre dicho seminario. Igualmente tuve la oportunidad de presentar al Consejo nuestro plan de acción para el Distrito con el fin de implementar lo que hicimos en el seminario. Agua de la Roca está en todo mi ser y me refiero a él con cierta frecuencia, por eso quisiera compartir con ustedes la siguiente reflexión.

Signos vivos de la ternura del Padre

Este título lo he tomado del N° 137 de Agua de la Roca. Y he escogido este título porque le habla a mi corazón e inspira mi acción. Antes de comenzar con esta reflexión, quisiera, con gran agradecimiento, reconocer el buen trabajo realizado por el equipo organizador del seminario de Espiritualidad Marista en Nairobi para hermanos y laicos. Tengo una deuda con los Hermanos Teófilo, Mario, Pau y Christian por haber preparado este enriquecedor encuentro y por haber compartido gran parte de sus experiencias con nosotros.

Escuché de Agua de la Roca por primera vez este año, junto a otros hermanos del Distrito Marista de West Africa, en el retiro que se llevó a cabo en Kumasi. En ese momento abrí los ojos ante la inmensa riqueza del libro y después pude aprender más de él durante el encuentro de Espiritualidad Marista en Nairobi. La manera en la que el libro fue presentado, encendió una llama en mi corazón y probablemente también en el corazón de los dieciocho participantes. Me sentí como los discípulos de Emaús (Lucas 24:32). Estábamos abiertos a la fuerza y al poder de la Espiritualidad Marista y al final de la presentación no pudimos evitar no amar el libro, valorarlo y guardarlo como un tesoro.

Agua de la Roca es un regalo de Dios para el Instituto. Es el gran legado que como Hermanos y Laicos hemos recibido. Gracias a Marcelino Champagnat y a los primeros hermanos que permitieron que este tesoro llegara hasta nosotros. El documento Agua de la Roca, de hecho enriquece la oración, mueve a la reflexión e inspira la acción. (Agua de la Roca página 19). Desde que nos presentaron el libro en el seminario, he hecho de él mi libro personal de oración. He reflexionado sobre una gran variedad de temas presentes en el documento. Agua de la Roca es un libro práctico, un libro que llama a la acción. Cada vez que lo abro siento la presencia de Marcelino Champagnat, entro en oración y me siento llamado a poner en práctica todo lo leído.

Me siento particularmente retado y al mismo tiempo animado por algunos numerales del libro. En el N° 6 se dice de los primeros hermanos ?este modo de vivir el evangelio era un reflejo de carácter, los valores y la espiritualidad de?Marcelino Champagnat? (Agua de la Roca página 23. n.6). Lo que me genera una serie de preguntas como: ¿mi vida refleja verdaderamente el nombre de ?Hermanito de María??, ¿Qué tipo de Evangelio estoy predicando con mi ejemplo de vida?, ¿Mi presencia comunica la buena noticia a las personas que me circundan?; Este numeral me reta a reflejar con mi vida el Evangelio y al mismo tiempo me invita a ser el Champagnat de mi momento histórico.

Al reflexionar sobre el N° 104, me siento invitado no sólo a reunirme, a bendecir, a partir y a compartir sino también a volverme un ?altar vivo donde el amor sacrificado de Cristo se haga presente como inspiración y fuente de alimento espiritual para todos?los que encuentro? (Papa Benedicto XVI en Safe Home, 2008 No. 241 Pg.11). Además me siento conmovido al leer la invitación del N° 137 en el que se plantea que, a pesar de mis limitaciones, estoy llamado a ser ?un recuerdo visible y constante de la presencia amorosa y compasiva de Dios en medio de la gente: signos vivos de la ternura del Padre?. Este mensaje nos anima y nos reta. El documento Agua de la Roca habla constantemente de la amorosa presencia de Dios a pesar que nuestra pequeñez. Esta es la razón por la que digo que el libro Agua de la Roca es un tesoro que cada cristiano debería tener. Es pura agua viva.

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H. John Kusi-Mensah
Distrito Marista de West Africa, Ghana

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