20 de abril de 2020 SUDáN DEL SUR

Solidaridad con Sudán del Sur

Dos Hermanos Maristas nigerianos, (Christian Mbam and Dimgba Longinus), viven en Sudán del Sur como miembros del proyecto de Solidaridad con Sudán del Sur. En total hay 31 sacerdotes, religiosos y laicos procedentes de 18 países y 19 congregaciones viviendo en 4 comunidades. Juntos preparan a profesores, enfermeras, comadronas, granjeros locales y líderes de la zona en el país más joven del mundo.

Aquí les traemos un informe, escrito por el Hno. Christian, sobre la situación del país, principalmente en la comunidad Riimenze, en medio de la pandemia del COVID-19.

Noticias actuales en Riimenze – IDP, Escuela Primaria, granja y comunidad frente a la pandemia del COVID-19.

Sudán del Sur ha sido uno de los últimos países en reportar casos positivos de Coronavirus en el mundo. Hasta el 5 de abril hemos vivido felizmente sin casos conocidos o detectados. Ahora somos conscientes de que tenemos que ser más cuidadosos y estar alerta cuando ha aparecido el primer caso y luego cuatro más sobre un grupo de 60 personas que han sido examinadas. Hasta el 5 de abril todo era normal para la mayoría de la gente. Sólo un pequeño grupo de gente más previsible tomó precauciones contra la enfermedad que ha atacado a muchos países del mundo.

Acción por parte del Gobierno

El 25 de marzo más o menos, justo antes de que la noticia del primer caso de Coronavirus se detectara en Juba, el Gobierno decretó el cierre de las escuelas, la prohibición de encuentros sociales, incluidos los de tipo religioso y el toque de queda a lo largo y ancho de todo el país. Se dieron a conocer públicamente las normas de higiene, sanidad y de contactos sociales. Estas normas se aplicaron fundamentalmente en las ciudades, pero no en las zonas rurales a las que no llegó la información. En las últimas semanas el gobierno ha hecho un gran esfuerzo por contener la difusión de la pandemia. Sudán del Sur es muy vulnerable, los medios de que dispone para combatir la pandemia, en caso de que se propague, son muy rudimentarios. La radio, la televisión, para los pocos que tienen acceso a ella, la red telefónica y los anuncios públicos en los poblados y mercados están ayudando a difundir la noticia. La gran mayoría de los Sudaneses del Sur son conscientes ya del peligro, pero los que viven en lugares más remotos continúan con su vida normal, como siempre.

La escuela y la granja de Riimenze

El gobierno cerró las escuelas desde el 27 de marzo hasta el 27 de abril. Por lo tanto, desde entonces la escuela parroquial de Riimenze ha estado cerrada a cal y canto. Nuestros profesores se han ido a Yambio, la capital de la que proceden muchos de ellos. Incluso las clases de apoyo impartidas por la tarde por los miembros de Solidaridad y con la ayuda de Amigos de Riimenze, de Italia, están vacías. Riimenze está totalmente cerrada. Incluso las misas se celebran en la iglesia con las puertas cerradas.

Las normas del gobierno también dicen que los trabajadores públicos deben cesar a la una de la tarde, horario de Sudán del Sur, en vez de a las 4 30 p.m. Esta normativa comprende también a los trabajadores de instituciones privadas y a los que trabajan en la granja. Recientemente tuvimos la visita de los inspectores sudaneses a nuestra granja de Solidaridad in Riimenze y nos insistieron en que los trabajadores debían marcharse a la 1 de la tarde, y eso es lo que hacen.

¿Cuáles son los impactos de estas restricciones?

Los niños de Riimenze como la mayoría de los niños en Sudán del Sur no tienen acceso a internet como para recibir las clases de forma digital. Los más mayores de ellos están implicados en las labores del campo, trabajando con sus padres, pero desgraciadamente las lluvias que deberían haber llegado hace dos meses se resisten en llegar. No obstante, los niños no están ociosos, se encuentran ayudando a sus familias, limpiando los terrenos para construir nuevas casas y trasladando las pocas pertenencias que tienen a su nuevo lugar de destino. Los más pequeños colaboran con tareas domésticas más sencillas como puede ser ir a buscar agua que trasladan en pequeños contenedores. Por supuesto que estos niños están perdiendo tiempo de estudio y están ahora más expuestos a peligros y maldades.

En la granja, limitar su actividad quiere decir que se limita su producción. Así que el impacto es a largo plazo. Económicamente hablando es un fracaso. Sudán del Sur importa más de la mitad de los alimentos que necesita de sus países vecinos. Cuando las grandes granjas funcionan a medio gas aumenta la cantidad de importaciones. La libra sudanesa pierde valor y provoca la inflación. Mientras tanto, los trabajadores, según las indicaciones recibidas, tienen que recibir sus salarios y vacaciones pagadas lo cual es una gran carga económica para las empresas pequeñas. También nuestra escuela primaria de Riimenze va a necesitar unos fondos económicos para amortiguar la extensión del año académico.

Desplazados en los campos

El mes pasado en mi informe ya mencioné que la gente que trabaja en los campos en Riimenze se está marchando. El proceso continúa. Casi la mitad de la gente ya se ha marchado. Las personas más débiles y vulnerables permanecen. Continuamos proporcionando alimentos a los más de doscientos ancianos que están por aquí o vienen desde otros lugares a recibir su ración mensual de alimentos. Esta ayuda es muy valorada y ayuda a cubrir las carencias que tienen las familias para alimentarse. Por cuánto más tiempo podremos mantener esta situación lo tiene que determinar Solidaridad.

Ya sabemos que siempre tendremos a los pobres con nosotros y siempre que la gente esté dispuesta a ayudarles no les privaremos de la ayuda adicional para mejorar sus standards de alimentación. Solidaridad ha hecho esto, aunque a un ritmo inferior. A los más necesitados, a los que carecen de todo, les ayudamos a levantar su casa.

Hasta ahora la lucha más importante es establecer medidas preventivas y mantener una buena higiene. Las condiciones de vida para la gente de Riimenze y sus alrededores son de mucha pobreza. Es prácticamente imposible establecer medidas higiénicas como lavarse las manos repetidas veces o limpiar regularmente las superficies que tocamos. Caritas ha ofrecido su ayuda y en esas estamos.

Conclusión

La preocupación actual para la mayor de la gente es la pandemia del Coronavirus. Aunque todavía no se ha detectado ningún caso en el estado de Western Equatoria el miedo a un brote de la pandemia flota en el aire. Todavía no hemos sufrido un aislamiento total en la región, pero el impacto económico ya se deja sentir a corto y a largo plazo. Nuestros proyectos no son ajenos a esta situación. Todavía es posible que haya un brote de la pandemia ya que hay numerosos puntos de entrada en Sudán del Sur en las fronteras por carretera desde los países limítrofes. Las condiciones de vida, la pobreza y los pocos recursos en las zonas rurales, son riesgos para un desarrollo rápido de la enfermedad.

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