8 de mayo de 2013 ARGENTINA

Un nuevo rostro de hermano para ayudar a la aurora a nacer

En la Villa Marista de la ciudad de Mar del Plata (Argentina) se reunieron, del 24 al 27 de abril, 34 hermanos profesos perpetuos de las Provincias de Santa María de los Andes (Bolivia, Perú y Chile) y Cruz del Sur (Uruguay y Argentina) y del Distrito de Paraguay, acompañados de sus Superiores Provinciales y de los Hermanos Eugéne Kabanguka y Josep María Soteras, delegados del Consejo General para América y animadores del encuentro.

El encuentro contó con la participación de los siguientes hermanos:

Por Santa María de los Andes: Alonso Beraún, Álvaro Sepúlveda, Antonio Peralta, Baltazar Muro, Gregorio Delgado, Horacio Mena, Isidro Azpeleta, Juan Manuel García, Luis Cornejo, Luis Sanz, Oscar Montenegro y Reinaldo Becerra.

Por el Distrito de Paraguay: César Borja, Clementino Benítez, Francisco Romero, José María Custodi, Luis Vega y Rubén Velázquez.

Por Cruz del Sur: Ángel Duples, Damián Provens, Daniel de la Fuente, Gerardo Accastello, Guillermo Mautino, Horacio Bustos, Jorge Arraztoa, Jorge Walder, José Kuhm, Marcelo De Brito, Pablo Sánchez, Raúl Schönfeld, Rubén Seipel y Sergio Jacob.

En un clima de fraternidad se compartieron profundas vivencias a partir de experiencias significativas de la propia vida en referencia a los tres horizontes planteados por el XXI Capítulo General: “salir hacia una nueva tierra”, “nueva comunión entre Hermanos – Laicos” y “nuevo rostro de Hermano”. La riqueza de la reflexión personal y del compartir en binas o grupos, se vio reflejada en las puestas en común.

Tan arduo trabajo fue sólo interrumpido por un paseo por la hermosa ciudad de Mar del Plata, el segundo día por la tarde.

Fueron cuatro días de reflexión y vivencia que, mediante una acertada metodología, fueron conduciendo a una mayor toma de conciencia de la centralidad de Dios, la búsqueda de lo esencial, la necesidad de una vida comunitaria más cuidada y fraterna, la identificación con el ícono de la comunidad de Betania, el acompañamiento de la fragilidad personal e institucional, el llamado a la sanación de las heridas de los niños y jóvenes, la necesidad de tomar decisiones fieles y valientes de cara al futuro, la mirada apoyada en la fe y la esperanza en el nuevo amanecer… El “Tiempo de Dios” de cada tarde nos unió en un prolongado silencio y en el compartir de la Eucaristía.

En la evaluación del encuentro, mirando hacia adelante, se vio bien mantener este espacio como un medio oportuno y necesario de acompañamiento grupal a nivel de Cono Sur. Es muy sentida la necesidad de ayudarse y acompañarse a vivir el desafío del “nuevo rostro de Hermano” que necesitamos para ser fieles al Evangelio y al carisma de San Marcelino.

______________
http://www.maristas.com.ar

VOLVER

Curso Internacional de Gestión Marista...

SIGUIENTE

En camino hacia la Conferencia General - 5...