Voluntariado Marista

Voluntariado Marista

El voluntariado Marista es una herramienta eficaz para construir una cultura de encuentro entre naciones y pueblos; es un poderoso instrumento para compartir conocimientos, habilidades y valores, que contribuyen significativamente a la reducción de la pobreza. Todas las partes involucradas (quien envía a la misión, quien recibe y el propio voluntario) están conectadas y orientadas, con funciones y acuerdos muy bien definidos.

Como maristas, con apertura y sencillez, estamos disponibles a nivel local o global, más allá de las fronteras geográficas o provinciales; conocemos el mundo en constante transformación y enfrentamos los desafíos de hoy; abandonamos la cultura del “ego” y promovemos la cultura de los “ecos”, reduciendo el escándalo de la indiferencia y de las desigualdades sociales; somos agentes de cambio, constructores de puentes, mensajeros de paz, comprometidos con la transformación de la vida y de las realidades inmediatas donde estamos presentes; no tenemos miedo de correr riesgos en las periferias, en defensa de los más pobres y vulnerables.

El voluntariado Marista se sitúa en la perspectiva de la disponibilidad para el servicio gratuito y generoso, siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lc 22,27). Jesús pone el servicio como compromiso, como una promoción y defensa de la vida. Él nos dijo: “El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10, 45).

Marista: El ser marista manifiesta un estilo particular o una identidad de vida. Desarrollamos la fraternidad a través de la vida comunitaria, la experiencia de una espiritualidad que brota del corazón y un servicio solidario desde la perspectiva de los derechos y el empoderamiento de los voluntarios y de los beneficiarios de la misión.

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