22 de diciembre de 2009 MéXICO

Compañero maravilloso y apóstol de la educación

En este rincón histórico de la Patria mexicana, Morelia, el 12 de septiembre fue un lugar sobresaliente en nuestro querido Instituto por el CENTENARIO DE VIDA de nuestro querido H. Serafín. Oriundo de España, Cervera del Río Pisuerga, Palencia. Pero desde su llegada en 1929 a estas ?Tierras Guadalupanas? se enamoró de ellas sembrando valores y cariño por doquier; y aunque haya nacido en España, verdaderamente en sus venas corre sangre mexicana.

La Eucaristía, como nos recuerdan las Constituciones ocupó el lugar privilegiado a las 12 del día. Fue concelebrada por el Obispo y otros sacerdotes invitados.

Un lugar especial lo ocupaba nuestro hermano homenajeado acompañado de dos sobrinas nietas venidas de Madrid. Las voces bien timbradas de nuestros hermanos novicios resaltaron la solemne ceremonia, que tuvo lugar en la Cofradía de la Visitación con plena asistencia, especialmente de las ciudades de Monterrey, Guadalajara, Morelia y Aguascalientes. Antes de concluir la Eucaristía el H. Eduardo Torres Jiménez le dirigió unas palabras muy emotivas a nuestro Hermano homenajeado con tintes de profundo cariño, de poesía, de Filosofía y de Teología. ?Querido Dire. Don Serafín: Gracias por su respuesta constante al Dios siempre fiel, al Dios a quien usted siempre ha amado. Su rostro nos manifiesta su amor por la vida, la paz de su corazón y el gran amor a sus hermanos y hermanas de la gran familia marista? Gracias por su fidelidad amorosa y libre, y gracias al Señor porque nos permite estar con nuestro querido hermano centenario en este lugar y en este momento histórico para nuestra familia marista. ¡¡¡Felicidades Dire Centenario!!!?

CONDECORACIÓN DE LA ENCOMIENDA DE ISABEL LA CATÓLICA al H. Serafín García González otorgada por el Rey Don Juan Carlos de Borbón e impuesta por el Cónsul Honorario de España en Michoacán, Don Alonso Fabriciano Gómez Sanz. Fue una ceremonia muy emotiva por la entrega de la presea a nuestro querido H. Serafín y por las muy atinadas palabras de nuestro Maestro de Ceremonias: Profesor José Luis Ochoa y de nuestro Cónsul Honorario de España, en Michoacán. Así mismo las elocuentes palabras a la hora del brindis de nuestro queridísimo Viceprovincial: Manuel Franco Jáuregui, más conocido que el pan, como ?CHIQUILÍN? en el ?orbe marista?. A todos los presentes, nos invitó a levantar la copa y brindar por EL GRAN MAESTRO Y APOSTOL DE LA EDUCACIÓN, nuestro entrañable amigo y hermano Don Serafín que nos convocaba a todos en esa memorable e histórica tarde del 12 de septiembre

En la mesa de honor nuestro hermano Serafín estuvo acompañado por entrañables hermanos maristas, respetables autoridades y por sus queridas sobrinas.

El ágape, se transformó en un ambiente vivo, abierto y fraterno como dijera nuestro H. Seán D. Sammon en ?Compañeros maravillosos?. Gracias a nuestros exalumnos del Colegio Valladolid nos ofrecieron un magnífico toldo donde cómodamente compartimos nuestros alimentos y nuestras emociones y además nos deleitaron con las alegres notas y timbradas voces del ?Trío Arpegio?. Y también como sorpresivo y brillante colofón se hizo presente ?El Mariachi Guadalajara? que con sus notas vibrantes y saltarinas abrió el corazón y las voces de los presentes. Percibiendo gran número de los invitados la emoción y el sentir de nuestro queridísimo Dire, que pasó sus primeros años de juventud en ?La Perla Tapatía? y décadas más tarde como reluciente Director, pedimos al Mariachi las notas alegres y vibrantes de Guadalajara, popularísima y bella canción que nuestro hermano Serafín anida en su corazón. Y como verdadera FIESTA DE FAMILIA, hermanos de ambas Provincias e invitados ?que han hecho tablas? desfilaron ante el micrófono acompañados del Mariachi para deleitarnos con bellas melodías resaltando sus voces de tenor o barítono.

Según testimonio de hermanos de ambas Provincias y de nuestros apreciados invitados todos nos quedamos con un ?buen sabor de boca? porque fue una fiesta muy marista, MUY FRATERNAL.

No cabe duda que el centro de dicho ACONTECIMIENTO fueron los rasgos que quería ver reflejados Marcelino en sus hermanos y que hoy son tan atractivos en la Iglesia. La espiritualidad de Marcelino es la expresión de un cristianismo práctico, capaz de transformar a las personas y al mundo en que vivimos, como nos lo ha hecho palpable nuestro entrañable hermano y amigo don Serafín García.

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H. Roberto Valdivia, fms

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