23 de diciembre de 2009 VENEZUELA

II Encuentro Nacional de Laicos

Desde la ciudad de los Teques y reunidos en la Casa de Formación Marista, en la presencia de Dios Padre, de nuestra Madre María de Coromoto y de nuestro Padre Fundador, queremos compartir con ustedes la experiencia vivida en estos dos días de reflexión conjunta entre hermanos, laicos y laicas en torno a la identidad del laicado marista en Venezuela.

Iniciamos este comunicado manifestando y reconociendo que asumimos nuestra identidad como laicos maristas, vocación particular y rica para la Iglesia y para la Familia Marista. Somos conscientes de nuestra participación en el carisma legado por Champagnat y de la responsabilidad de hacerlo renacer con un rostro renovado. El ejemplo de María que sale aprisa para encontrarse y servir a su prima Isabel y el ejemplo de los primeros Hermanos compartiendo vida alrededor de la mesa en La Valla, nos urgen a reafirmar nuestra vocación y ser fieles a ella.

Para hacer realidad este caminar de la vida laical, sentimos la necesidad de organizarnos a través del trabajo en equipo y de la animación. Vida laical que heredamos de una historia y de la gran cantidad de laicos que a lo largo de la misma han aportado su vida y espiritualidad para el crecimiento del carisma marista en esta tierra. Como parte de esta historia, reconocemos la fortaleza que aporta el laicado juvenil y de donde han surgido gran parte de los que hoy, como padres, docentes, animadores, directivos y miembros de las diferentes presencias pastorales, constituyen la variedad y riqueza del laicado marista en Venezuela. Esta historia nos compromete hoy, para responder al llamado de Jesús, a profundizar nuestra respuesta en un caminar efectivo desde la vocación laical. (?)

Esta llamada que hemos escuchado por parte de Dios, la hemos ido profundizando en el compartir la misión con los Hermanos. Gracias Hermanos, porque han sido ustedes quienes nos mostraron el estilo de vida marista y nos enamoraron del carisma de Champagnat. (?)

Para ello, sentimos la necesidad de iniciar un proceso de formación y acompañamiento que nos ayude a reforzar nuestra identidad de Laicos y Laicas Maristas y nos permita afianzar y reafirmar la vocación a la que hemos sido llamados.

Este proceso de formación y acompañamiento lo vislumbramos como un caminar conjunto de Hermanos, Laicos y Laicas en el que todos somos corresponsables de construir la familia, al ejemplo de Marcelino y los primeros hermanos en la construcción del Hermitage.

En este itinerario de formación y acompañamiento, descubrimos algunas implicaciones y caminos que debemos transitar:

? Apasionados por el carisma, participar de la responsabilidad de animar una Pastoral Vocacional Marista conjunta y específica que multiplique los miembros de nuestra familia. Para ello, estructurar el equipo de Pastoral Vocacional con la participación de Hermanos, un laico soltero y un matrimonio.
? Hacernos presentes, Hermanos y Laicos, en los procesos de Pastoral Juvenil, dando testimonio de nuestra propia vocación cristiana y marista.
? Crecer en la relación personal con Dios.
? Estructurar y poner en marcha un Plan de Formación Básica: humana, cristiana y marista.
? Vivir los procesos de formación y acompañamiento en comunidad. Dejarnos acompañar y saber acompañar procesos.
? Vivir y ofrecernos acompañamiento personal, ayudando a los demás a tomar sus propias decisiones desde la fe.
? Formarnos y capacitarnos para el acompañamiento.
? Comprometernos en experiencias significativas de servicio con los niños y jóvenes más desatendidos. (?)

Espacios informales de compartir vida y amistad entre Laicos y Hermanos, deben ser la fuente de una relación de familia, una relación de iguales. Esta relación debe hacerse concreta en todos los niveles: toma de decisiones, planificación, realización, evaluación.

Todo ello implica grandes cambios de los paradigmas que han existido por muchos años. Es tiempo de caminar juntos para hacer renacer el carisma marista entre los niños y jóvenes. Sabemos que muchos de estos esquemas deben ser rotos ante todo, por nosotros los Laicos. La dependencia en los Hermanos no ayuda a los Laicos y Laicas de Champagnat a encontrar su identidad y asumir las responsabilidades que nuestra Venezuela Marista nos exige hoy.

Hablamos más bien de una vida compartida entre Hermanos, Laicos y Laicas, donde se complementen las identidades específicas de nuestras vocaciones y se haga realidad el sueño que Marcelino nos heredó: ?Miren cómo se aman?. Ha llegado la hora de ensanchar la tienda y compartir la misma mesa. Debemos caminar decidida y conscientemente en esa dirección.

Fruto del discernimiento realizado en las diferentes obras, y como coincidencia en este encuentro, reconocemos la riqueza y diversidad del Laicado Marista venezolano, un laicado que en sus múltiples expresiones surge del servicio, de ese encuentro con Jesús en los niños y jóvenes pobres de nuestra querida Venezuela, por eso proponemos (al nuevo Consejo Provincial) la conformación de una comisión de Laicos, Laicas y Hermanos de Venezuela para que reflexionen, en un tiempo no mayor a un año, la posibilidad de convertir en comunidad mixta, una de las obras de nuevas presencias existentes y/o retomar algunas de las obras cerradas de nuevas presencia en Venezuela (Apure, Primero de Mayo). Sobre la misión de esta comunidad sugerimos que sea con niños y jóvenes en situación de riesgo. (?)

Los laicos y laicas maristas de Champagnat nos implicamos junto a los Hermanos en el desafío de ayudar a nacer la aurora de una nueva vida marista y fortalecer la existente haciéndola más creativa, fiel, dinámica y profética. De nuestra respuesta depende el futuro de una Venezuela Marista revitalizada.

Hermanos, Laicos y Laicas de Champagnat
II Encuentro Nacional de Laicos
VENEZUELA

VOLVER

Compañero maravilloso y apóstol de la educa...

SIGUIENTE

El hermano Valentin Djawu sucede al hermano E...